Los saldos electorales en San Luis Potosí permiten resumir que nuestro estado le respondió favorablemente al candidato presidencial pero no a su partido Morena, al menos no en la misma medida. El voto en cascada que solicitó Andrés Manuel no tuvo eco definitivo. La presidencia. Comparando el 2012 con el 2018, AMLO en nuestra entidad casi duplicó su votación pasando de 265,850 votos a 526,103. En tanto, el priismo cayó de los 426,425 votos obtenidos por Peña a los 260,211 de Meade. Ricardo Anaya, aún aliado al PRD y el MC, apenas pudo mantenerse un poco por debajo de los niveles alcanzados por Josefina Vázquez Mota: la segunda obtuvo 344,546 votos y el primero 334,763. Pero el efecto del voto en cascada se fue diluyendo en cada elección hasta quedar en mínimo goteo para las municipales.
El senado. Las cifras para el senado de la república, siendo favorables para el candidato de Morena, no fueron suficientes frente a la alianza del PAN con el PRD. La votación recibida por Morena para el senado se redujo 147,896 votos comparada con la recibida por AMLO. Por partido, Morena obtuvo el primer lugar con 306,599 votos, el PAN el segundo con 261,561 votos, el PRI en tercer lugar con 238,913 votos y hasta el cuarto lugar el PRD, con apenas 127,545 votos. Sin embargo, la suma de votos de PAN y PRD con MC los coloca en el primer lugar dándose el caso de que el PRD con el cuarto lugar de la votación, se lleva un cargo al senado en la persona de Leonor Noyola Cervantes gracias al panista Marco Antonio Gama que le hizo la campaña. Al ser relegado el partido Morena al segundo lugar a pesar de su votación mayoritaria, obtiene solo la senaduría por minoría para su candidato Primo Dothé Mata. Se logran por primera vez en la historia potosina dos senadurías para la izquierda con el activista social Primo Dothé y con la gallardista Leonor Noyola, la restante será para la derecha con Gama Basarte.
Diputaciones federales. Sobre las sietes diputaciones federales en disputa solo se logró una, la de Ciudad Valles, pues dos fueron para el PAN (aliado a PRD y MC) que corresponden a San Luis Potosí y Tamazunchale, donde la votación del distrito 7 fue en la única donde el PAN necesitó de su aliado el PRD para remontar al PRI, dos para el PRI (aliado al PVEM y PNA): Sara Rocha por Matehuala y Óscar Bautista de Rioverde. Las dos restantes para el PRD (aliado al PAN y MC): Gallardo por sí solo en Soledad y Guadalupe Almaguer en la capital remolcada por la votación del PAN. La reducción de votos comparando con AMLO llegó a los 166,820 votos menos.
En la elección Morena da más a San Luis Potosí de lo que nuestro estado dio al partido, pues a cambio de solo una diputación federal ganada por votación, con Ricardo del Sol a propuesta del PT, Morena entrega a nuestra entidad cinco diputaciones plurinominales más obtenidas por insaculación en las personas de Adriana Aguilar Vázquez (huasteca), Cuauhtli Fernando Badillo Moreno (capitalino del movimiento de jóvenes), Lidia Nallely Vargas Hernández (también capitalina y del movimiento de jóvenes con 24 años de edad), Martina Cázares Yáñez (de Cárdenas) y la presidente del Consejo Estatal María Luisa Veloz Silva. Las cinco diputaciones federales no son ganadas por la votación de los potosinos y se deben al 37.6% logrado a nivel nacional.
Diputaciones locales. Los resultados globales para el congreso local cayeron 261,151 votos comparando sus cifras con las logradas por AMLO, pues se redujeron hasta casi la mitad alcanzando apenas 264,952 votos contra los más de medio millón concedidos por los potosinos a Andrés Manuel López. Pendiente la impugnación del PT que reclama una plurinominal para su causa, PAN y Morena alcanzan 6 diputados por fracción, aunque Morena sumaría (en teoría) dos más por el PT y uno por el PES, serían 9 diputados de 27, exactamente la tercera parte del total, insuficientes para lograr una mayoría calificada. Teniendo enfrente a políticos muy marrulleros y mañosos, corruptos dicen otros, con mayor experiencia legislativa, el panorama no es muy halagüeño. Óscar Vera, Eugenio Govea, Sonia Mendoza, Rubén Guajardo, Cándido Ochoa y Beatriz Benavente, siguen por sus fueros y, si de pilón contamos a la panalera Martha Barajas y a Martín Juárez, entonces poco podrá hacer la fracción de Morena.
Alcaldías. Los peores resultados se obtuvieron en éstas, las elecciones más cercanas a la ciudadanía, pues la suma de votos apenas alcanzó 187,514, es decir, 338,589 votos menos que los obtenidos por AMLO. De 58 municipios solo se lograron 6, San Nicolás, Tamuín y Tanlajás a propuesta de Morena, Cedral y San Antonio a propuesta del PES y Lagunillas a propuesta del PT. De 330 regidurías en juego solo se lograron 38, 25 por Morena, 12 por PT y 1 por PES. De los 58 municipios, Morena con PT y PES, lograron representación en apenas 23, siendo borrado como partido local en 35 municipios donde no obtuvieron ni siquiera un regidor. En San Luis Potosí se gobernará en términos municipales sobre 97,681 habitantes que suman los seis ganados, sobre un total estatal de 2´717,820 habitantes, representa un porcentaje ínfimo, 3.59% de la población.
Antecedentes de las elecciones del 2018. Al interior de Morena San Luis Potosí no existe vida institucional ni ha logrado funcionar como ente democrático, no hay espacios para la reflexión y el análisis, menos para la crítica y la autocrítica. Cuando se eligió en el 2012 el primer comité estatal y se nombró a Gabino Morales Mendoza, un joven de 23 años como su primer presidente en San Luis Potosí, se tenían altas expectativas.
En el proceso se había cerrado el paso al equipo ex priista de Juan Ramiro Robledo y Lucy Lastras con el argumento fútil de evitar filtraciones de gentes identificadas con el gobierno y los viejos partidos para que fueran los jóvenes “sanos”, no “maleados” quienes dieran rumbo al proyecto de regeneración nacional en el estado, del colectivo llamado “Morenaje” surgieron los cuadros emergentes, jóvenes estudiantes o recién egresados, con ímpetu y arrojo, en busca de construir un país mejor, se decía.
Sin embargo, pronto se convirtieron en un grupo sectario, celosos de quienes pudieran destacar, prestos a la calumnia como método para descalificar a cualquiera que no les fuese cercano, bajo la tutela maliciosa de Gabino Morales, fueron fortalecidos, de buena fe supongo, por financiamiento interno de políticos y funcionarios afines a AMLO y que habían logrado cargos en la elección de 2012, sobre todo en la Ciudad de México, para levantar al partido en la entidad.
La elección intermedia de 2015 sorprendió al partido desorganizado y sin estructura, tres años pasados en balde, en politiquería de cuates tipo estudiantil, con abandono de cualquier responsabilidad que generara trabajo político efectivo. Las consecuencias de la inoperancia y dejadez bajo la presidencia de Gabino Morales se reflejaron en los resultados de la elección en 2015: todos los candidatos tuvieron que empezar de cero a generar estructura propia y solo pudo ganarse una presidencia municipal, una diputación local plurinominal, contados municipios con alguna regiduría, cero diputaciones federales y muy malos números del entonces externo candidato a la gubernatura, Sergio Serrano. Al darse el relevo en el comité estatal se carecía de figuras propias, de allí que el candidato natural fuese Sergio Serrano, antiguo militante del PRD y activista de grupos ecologistas.
Si bien su desempeño como candidato fue pésimo, además de que el trabajo previo de Gabino Morales era casi inexistente, hubo cierta esperanza de que diera estructura y dirección al partido. Resultó ser una ilusión. Pronto se reveló como autoritario, sectario y cerrado a impulsar la participación abierta de la militancia, “duro de entendederas”, pues. Aliado con Gabino Morales se dio a la tarea de desmantelar la poca estructura partidista generada al calor del proceso electoral. Los comités municipales electos en asambleas de base fueron ignorados y diluidos, siendo sustituidos por “enlaces” municipales designados a capricho por la dupla Morales-Serrano, con el agravante de que no tenían aceptación de base en Morena pues eran cuadros perredistas de la tribu amarilla en la que el propio Serrano había militado, igual de sectarios, por añadidura.
De los trece integrantes del comité estatal, Serrano se empeñó en marginar a sus antiguos compañeros perredistas Octavio García Rivas, secretario de Formación Política y Martha Lidia Pérez, secretaria de Derechos Humanos, así como a los jóvenes Moisés Rodríguez y Amílcar Loyde, secretario general del comité estatal y secretario de jóvenes. En el consejo estatal se actuó de igual manera, de los 70 consejeros estatales, solo se apoyaba para trasladarse a la reunión mensual a sus cercanos, a los demás se les dejaba sin respaldo.
Para echar a andar los preparativos rumbo a la tercera campaña de AMLO, se dio a Gabino Morales la encomienda bajo el cargo de coordinador estatal con apoyo económico superior a los 20 mil pesos mensuales. Se le otorgaron alrededor de 300 mil pesos mensuales para impulsar la creación de comités de base en todo el estado. Por cada uno de los siete distritos federales nombró un coordinador distrital, sin consenso de nadie, solo su propia voluntad, mismos que, con un sueldo de 20 mil pesos mensuales, fueron dados de alta a nivel central como trabajadores y con la expectativa, además, de que casi seguramente serían los candidatos a diputados federales. Al no contar con el aval de la militancia, los enlaces tuvieron un avance muy limitado.
Para apoyarles en la labor, se decidió elegir a 15 coordinadores locales, uno por cada distrito local, con un pago de 10 mil pesos mensuales. Se encomienda al secretario de organización su integración y el choque se da cuando Gabino Morales y Sergio Serrano pretenden imponer a sus incondicionales en contra del interés del secretario de organización de nombrarlos democráticamente con el consenso de los consejeros en cada distrito. La disposición de AMLO, acordada en reunión de consejo nacional, fue que los nombramientos recayeran en militantes comprometidos al cien por ciento con el proyecto, por lo que no debían tener otro empleo ni estar estudiando, se requería de tiempo completo.
Para imponer a sus incondicionales, Gabino Morales ignoró las indicaciones. Peor aún, fue denunciado como aviador pues descuidando su responsabilidad como coordinador estatal no tuvo reparo en obtener, al mismo tiempo, empleo en la delegación Azcapotzalco al amparo de Pablo Moctezuma, siendo acusado además de pedir “moches” a los trabajadores para impulsar, según denunciaron, “el trabajo político” en San Luis Potosí y Aguascalientes. Doble ingreso personal más los moches. Nada que envidiarle a cualquier colmilludo priista.
La condición puesta por AMLO en torno a los enlaces fue que dieran resultados y que de no tenerlos se les relevaría. En reunión de consejo extraordinario en la que ya no se presentaron ni el presidente del partido Sergio Serrano ni la presidente del mismo consejo María Luisa Veloz, el secretario de organización dio un informe sobre los casi nulos avances de los coordinadores según reflejaba la plataforma digital nacional. La reacción de Sergio Serrano y la presidente del consejo fue el no volver a convocar a ninguna reunión del comité estatal de 13 integrantes, ni de consejo con 70 integrantes, pues en ambas instancias estaban en minoría, además de gestionar que la contraseña para ingresar al sistema le fuera eliminada al secretario de organización y así no pudiera enterarse de los avances.
De allí en adelante, cancelada toda vida institucional, pasando sobre los principios y ética partidarios que se presumen hacia afuera, pisoteando el estatuto y con una inconformidad generalizada y creciente, Sergio Serrano y Gabino Morales se dieron a la tarea de fortalecer su grupo minoritario usando el apoyo económico y la posibilidad de proyección política como carnada. La ruptura llegó a extremos cuando la dupla Gabino-Sergio pretenden se desconozca y se corra del partido a sus opositores internos enderezando ante la comisión nacional de justicia sendas denuncias en repetidas ocasiones en contra del secretario general y el secretario de organización, mismas que no procedieron como pretendían.
La militancia de buena fe se organizó por su cuenta creando los comités de protagonistas a pesar de no tener ningún apoyo económico pues el compromiso patriótico por la transformación del país y el moral con el dirigente nacional los impulsaban a actuar. Las acusaciones en los grupos de whatsapp en torno al actuar de Gabino Morales contra la militancia fueron creciendo, a través de capturas de pantalla, se reproducían los textos agresivos y ofensivos que enderezaba contra sus compañeros, en especial las mujeres. Caso relevante fue el de la secretaria de mujeres, Mónica Albarrán, que le generó la mayor indignación y descrédito al difundir los textos con los que Gabino Morales se dirigía hacia ella. Mónica Albarrán, incansable activista “todo terreno” generó el celo de Morales y su grupo, terminando por desplazarla de sus funciones.
El proceso electoral. Inició con la reunión de consejo estatal convocada por mandato nacional para nombrar los posibles candidatos de Morena para los diversos cargos de elección popular. La instrucción señalaba que, de inscribirse una sola propuesta, quedaría en firme, de ser dos o tres se llevarían a una encuesta, de ser más de tres, en la misma sesión de consejo debería votarse para dejar sólo tres. Para el senado y como estrategia que forzara una votación interna y evidenciar ante el nacional que Sergio Serrano y su grupo estaban en minoría, la expresión mayoritaria propuso tres fórmulas, la integrada por Primo Dothé Mata y la activista Mónica Albarrán Bustos y dos más, Amado Cruz Méndez y María Josefina Banda y José Arturo Barrera con Laura Alicia Pecina. La fórmula apoyada por Sergio Serrano recayó en las personas de José Luis Chalita Manzur y Sarahí Esquivel Veloz, hija de la presidenta del consejo. El empresario Chalita terminó apoyando a Xavier Nava y al Bronco.
Como se tenía previsto, la mayor votación fue para la encabezada por Primo Dothé, seguida de la apoyada por Serrano y la de Amado Cruz con Josefina Banda. Quedó fuera la de José Arturo Barrera. Para tratar de descalificar a Primo Dothé Mata mediante guerra sucia, Gabino Morales y Sergio Serrano utilizaron a Juan Rubio Trejo, sujeto ex perredista quien fue candidato a la presidencia municipal en el 2015 por el PRD en Tamazunchale. Este individuo, nombrado enlace municipal por Sergio Serrano, utilizó redes sociales y prensa escrita para difamar a Primo Dothé. Era evidente para propios y extraños que la dupla Primo-Mónica era una propuesta ganadora, además de la figura de Andrés Manuel López, por la presencia del primero en la región huasteca y de la segunda en la región centro.
Para terminar de darles el apoyo y tal como habían convenido desde un principio, Amado Cruz y Josefina Banda renuncian por escrito a su postulación y en rueda de prensa informan que declinan en favor de Primo Dothé y Mónica Albarrán. Al darse a conocer el resultado de la dichosa encuesta, se recibe el primer gran golpe en contra de Primo Dothé pues se le priva de Mónica Albarrán quien fue sustituida de manera sorpresiva por Josefina Banda. De esta manera quedaba fracturada la mayoría opositora a Serrano y Morales. Primo Dothé elige como suplente al activista de la CNTE, profesor Elí César Eduardo Cervantes Rojas, en tanto Josefina Banda a la activista y profesora jubilada Martha Lidia Pérez Herrera, hija del antiguo obrero de filiación comunista, don Prisciliano Pérez. La malicia de Gabino Morales quedó manifiesta cuando, de manera maquiavélica, termina por fracturar la mayoría opositora, sustituyendo a la suplente de Josefina Banda por una concuña de la misma candidata. Para terminar la faena, Gabino Morales ofrece a Mónica Albarrán reincorporarla, ahora con apoyo económico, como promotora y defensora del voto con la condición, cumplida por cierto, de no apoyar la campaña de Primo Dothé.
Aún con el aparato de Morena en la entidad en su contra, igual que el del gobernador del estado cuyo partido el PRI postuló al millonario empresario Luis Mahbub, su constructor favorito, lograron Primo Dothé y su suplente Elí César el mayor número de votos por partido a pesar de no haber dispuesto de un solo volante, lona o espectacular, perdiéndose la posición de Josefina Banda ante la suma de votos de PRD-PAN. Poco faltó para que los Caínes de Sergio y Gabino cumplieran su deseo de ver derrotado a Primo Dothé. En lo correspondiente a los candidatos a diputados federales y ante el desastre que se vislumbraba, el comité nacional designó comisionados para sacar adelante el proceso en coordinación con los representantes de los partidos PT y PES. El único ganador de los siete distritos resultó ser el candidato del distrito 4, Ricardo del Sol Estrada, opositor de Serrano y Morales, mismo que por supuesto tampoco contó con el mínimo apoyo y logró la postulación avalado por el PT.
Para las diputaciones locales la inclusión de candidatos ajenos a la voluntad de Serrano y Gabino Morales logró salvar en gran medida la elección, pues la mayoría de los triunfadores son ajenos a su nefasta influencia. El desastre que se vivió en las elecciones municipales tiene causa y motivo. Ya desde febrero de 2018 el comité nacional anunció que se cancelarían asambleas municipales en catorce estados bajo el argumento de la inseguridad. Sorpresivamente se incluyó a nuestro estado en lo que los entendedores vieron una maniobra para imponer línea.
De acuerdo a los términos de la convocatoria correspondió a Serrano acordar con los partidos PT y PES las candidaturas. Aprovechando la coyuntura acomodó a contentillo propio y de Gabino Morales las planillas de regidores. Así lo hicieron tanto en Ahualulco, Alaquines, Aquismón, Cedral, San Nicolás, Cerro de San Pedro, Santa Catarina, Santo Domingo, Tamasopo, Tanlajás, Vanegas, Villa de Arriaga, Villa de Guadalupe, Villa de la Paz, Villa de Ramos y Villa Juárez, además de otros no mencionados. En donde sí se realizaron las asambleas, se eligieron por votación cinco hombres y cinco mujeres para ser insaculados en la Ciudad de México y darles el lugar. Lo peor se dio cuando, contradiciendo los resultados de la insaculación, Serrano y Morales cambiaron el orden para registrar en los primeros lugares a incondicionales, como hicieron en Tamazunchale. El políticamente autista Sergio Serrano ha mantenido a Morena ausente en los grandes temas de discusión locales, ajeno a las irregularidades tanto del gobierno estatal priista como de los ayuntamientos gobernados por PRI, PAN, o PRD, alejado de la agenda tomada por movimientos de la sociedad civil. Ante la población, Morena como partido estatal es irrelevante.
Epílogo. Señala José Agustín Ortiz Pinchetti que Morena tuvo al mejor candidato en la historia contemporánea para ganar la presidencia y la mayoría absoluta en ambas cámaras del congreso, la jefatura de gobierno de la capital más 19 de 26 congresos locales, pero que está en una crisis de identidad y crecimiento al asumir un rol que poco tenía que ver con las funciones gubernamentales y obligada a reorganizarse para estar a la altura de su crecimiento con el obstáculo de su sectarismo. No puede concebirse la actuación de Gabino Morales y Sergio Serrano alcanzando tales niveles de inmoralidad si no contaran con el patrocinio y apoyo desde el comité nacional.
En Morena se da una gran lucha soterrada que pronto hará crisis por un grupo de poder encabezado, a mi entender, por gentes que políticamente no pueden competir contra otras grandes figuras y que abusando de la confianza que les ha depositado AMLO para construir la estructura han degenerado en pequeñas “nomenklaturas” locales reducidas en membresía y en calidad moral. El grupo sectario que tanto ha dañado a Morena está promovido por la hoy presidenta nacional del partido Yeidckol Polevnsky y el secretario de organización Gabriel García.
Se han hecho del poder partidista en muchos estados apuntalando sus alfiles con dinero y encargos partidistas aunque signifique sacrificar el crecimiento natural del partido pero a cambio de fortalecer su control interno. Suplantaron comités municipales, desplazaron cuadros dirigentes locales y son responsables de que, particularmente en San Luis Potosí, los partidos de la derecha gocen de cabal salud. Para empeorar el panorama se ha mencionado al propio Gabino Morales Mendoza como el futuro coordinador estatal que servirá de enlace entre el gobierno federal y el estatal para regir la implementación de recursos económicos destinados por la federación. Lo anterior significa que la estrategia aplicada al interior de Morena imponiendo poderes paralelos se realizará ahora como gobierno.
La Coparmex entre otros entes políticos, ha considerado que la medida podría politizar el manejo de los recursos y contribuir a centralizar el poder. El nombramiento de Gabino Morales, además de ominoso, pareciera corroborar la tesis. ¿Tiene el individuo el perfil adecuado cuando ha sido señalado por la propia militancia como misógino y agresivo?
Va una anécdota: fui invitado a la recepción ofrecida por el ingeniero Primo Dothé y su esposa el pasado sábado 14 de julio en el casco de la vieja ex hacienda de Corcovada en Villa Hidalgo. Fue un acto austero y emotivo del que estaban ausentes grandes personalidades políticas o económicas, asistieron familiares de ambos cónyuges, amistades y el equipo de trabajo de Primo durante la pasada campaña. Pude distinguir a Manuel Nava y la juez Lucy Lastras. Entre los invitados estaban presentes Gabino Morales acompañado por un joven y, en la mesa, por Mónica Albarrán y su esposo. En otra, junto a su pareja y dos niños, se encontraba el joven regidor de la capital, Isaac Ramos, amigo personal de Primo y convencido también del proyecto impulsado por AMLO. Entre Isaac y Gabino se han dado diferencias fuertes. Ya me había retirado cuando se dio una agresión física directa en contra de Isaac, desde el anonimato le fueron lanzados dos huevos que dieron en su cuerpo. ¿Quién puede ser capaz de un acto tan ruin en medio de una boda ajena? ¿Cuánta distancia separa el ordenar una agresión a huevazos para pasar a una agresión a balazos? La historia de Morena está en la ruta de su crecimiento o perdición.