El museo Federico Silva, nombrado en honor a uno de los máximos exponentes locales de la escultura contemporánea del siglo xx, es recinto de una extensa galería de obras que lo hacen un recinto único en México y Latinoamérica. El maestro Federico Silva se inició al lado del exitoso pintor y muralista David Alfaro Siqueiros. Desde que donó su legado, dio paso a una de las exposiciones más emblemáticas de la entidad.
El director museo, Enrique Villa Ramírez, indicó que se busca el acercamiento a una de las artes que en México tiene tradición milenaria, como la época prehispánica, donde las primeras civilizaciones que datan antes de Cristo, fueron precursoras de grandes esculturas. Recordó las cabezas monumentales olmecas y las estelas. Expuso que México es un país pionero, por lo que el museo sirve para incentivar la cultura entre la ciudadanía. Lanza campañas publicitarias para acrecentar las visitas y combatir el centralismo que se vive. Es un esquema que se repite en todos los ámbitos, económicos, sociales, políticos. En la cultura local, el esquema afecta ya que todas las obras de artes emigran al Distrito Fedral con la finalidad de crear los museos nacionales. Dejan muy poco acervo o casi nada a los museos municipales. Es por lo que, desde hace tres años, se maneja el programa “El museo Federico Silva visita a tu municipio”, donde se integran esculturas a nivel escala de Federico Silva. Se complementa con fotografías. En el 2017, iniciará la campaña “El museo Federico Silva visita tu comunidad”, con el objetivo de acercar a la mayoría de gente a las exposiciones.
Con tales programas, se han cumplido los objetivos planteados desde que se creó el museo en el 2003, ya que recibe una gran cantidad de visitantes, en particular, jóvenes de las escuelas, que usan las charlas guiadas. Ante la problemática de algunas instituciones que no tienen recursos para acudir, el organismo se encarga de conseguir el alquiler del camión para que las primarias lejanas no falten. Villa Ramírez indicó que las labores sociales son las más importantes que desarrollan, ya que tienen la oportunidad de alimentar el alma con el arte.
Villa explicó que las visitas guiadas se hacen a grupos de más de cuatro personas. Consideró un error se excluyan materias relacionadas con la cultura y las artes. “Si los niños leen es porque han visto a los papás. Entonces, se debe fomentar el gusto y la cercanía con el arte, lo cual hace mejores personas, ya que se ayuda a desarrollar sensibilidades y capacidades. Es importante lo que se invierte en centros culturales”. Aceptó que tienen dos grandes fallas. Una es que nunca se planeó una bodega, que se podría utilizar para guardar obras que artistas quieren donar. Se les rechaza por falta de espacio. Ramírez expuso que tienen un local para guardar la indumentaria. Otro gran problema es la falta de estacionamiento. Los pocos cajones se los adjudican como propios los lavadores de carros.
En la actualidad expone una obra llamada “Doble doblez”, del artista mexicano Manuel Marín, que maneja con gran talento la geometría. Es un exponente artístico de lo figurativo y la tercera dimensión. Lo hace de manera talentosa y creativa. Está contemplado la exposición de una artista francesa con 25 piezas abstractas contemporáneas. Una de Federico Silva con referencia al arte con movimiento, donde fue pionero. Utiliza rayos láser, viento, luz, para crear efectos de movimientos. El museo cerrará el 2017 con una exposición del famoso pintor surrealista, Salvador Dalí.
El autor del libro Juan Gabriel y yo, Joaquín Muñoz, revela que su ex jefe y confidente, el otrora famoso cantante Alberto Aguilera Valadez, tuvo un gran número de romances a los que en su momento les dedicó una exitosa melodía. Entre sus conquistas aparece el cónyuge de la connotada artista española, Rocío Durcal, el también intérprete Antonio Morales Barretto «Junior» al que no le compuso alguna línea, pero le hizo a su esposa incontables canciones que la inmortalizaron. Ex ministerio público, Muñoz narra que dejó su carrera para seguir al artista por todo el mundo después que el destino los fundió en un solo ser después de conocerse en el palenque de la Feria Nacional Potosina. A Muñoz le bastaron 4 años de vida íntima con Juan Gabriel para escribir un libro de escándalos mayúsculos en el ámbito artístico que le permitieron vender varios millones de copias. Ya afina la segunda parte, donde habrá de contar la etapa en que se reconciliaron después de 30 años de estar separados y la muerte del cantante oriundo de Michoacán, que pereció por el exceso de trabajo y el trato despótico de uno de sus hijos, Iván Aguilera, en la última gira que realizó en Estados Unidos.
«Yo viví con Juan Gabriel. Antes me caía gordo, era su menor fans. No lo quería conocer. Yo había llegado de Estados Unidos y donde quiera se escuchaba la canción Siempre en mi mente. En todos lados la tocaban. Era tanto que me aburrió, lo mismo el a
utor que la cantaba. Lo conocí cuando se presentó en un palenque de la Feria Nacional Potosina el 29 de agosto de 1978. Unos amigos querían ir a verlo. Los invité. Como yo era agente del ministerio público adscrito a la policía judicial del estado, tenía fácil acceso. Le dije a mi secretario José Luis de Alba que iríamos al palenque en la noche. Le sugiero que entre al camerino e invite a Juan Gabriel a que se tome una copa con nosotros donde quiera. Sabía que mi carta de presentación no iba a ser rechazada. Le contestó que no tomaba. Entonces fui en persona y le toco. Cambió la circunstancia porque el destino de ambos se juntaba. Un destino donde no había nadie más que los dos. Eran miles de gentes que lo miraban miles noches y yo fui su destino. Y contra el destino nadie puede. En el libro Juan Gabriel y yo aparece el día y la hora en que nos conocimos. No hubo nadie más. Yo le hablé de usted, no le gustaba que lo tutearan. Lo felicité por sus canciones y lo invité a tomar una copa. Me dijo que no tomaba, pero tampoco había comido, ya que venía de Venezuela. En el aeropuerto de México había dejado su carro ya que se vino directo al palenque. Quedamos de vernos en la suit Tangamanga del hotel Panorama, después de actuar. Pepe Luis estuvo con nosotros en la cena.
Seguí como ministerio público, pero Juan Gabriel me hablaba. Me decía, Joaquín, me voy a presentar en tal lugar, te espero en Monterrey, Tabasco, donde fuera. Yo sacaba permisos en la procuraduría para faltar. Alberto siempre me decía que renunciara. Ya eran muchos permisos y poco a poco conocí su trabajo. Le presentaba artistas, convivía con empresarios. Aprendí el negocio. Cuando renuncié y me fui a trabajar a su lado, ya me las sabía de todas, todas. Me incorporé un año después de conocerlo. Venía mucho a San Luis. Mis amigos eran los suyos y se divertían mucho. Estaba Rocío Camargo, la hija de Lucha Villa. La conocí en 1979, alternó en la feria de Aguascalientes con Juan Gabriel, quien me la presentó. Andaba soltera, se casó en 1980 con el dueño del palenque, Ismael Esquer, originario de San Luis. Nos separamos a los 4 años porque ya no quise estar a su lado y me regresé a San Luis. Nunca hubo una diferencia entre nosotros. Fueron decisiones que tomé de la noche a la mañana. Dije hasta aquí y ya. Jamás esperó mi retiro, creyó que eran mentiras. Cuando vio la realidad se dio cuenta que era cierto. A los dos años empecé a escribir el libro Juan Gabriel y yo. No quería regresar como ministerio público, tampoco litigar como abogado. Conocía otra vida. Juan Gabriel me había dicho que si quería hacerme rico y famoso, escribiera un libro de su vida. Entonces decidí hacer lo que me aconsejó y gané todo el éxito. Es muy difícil creerlo, pero después de 31 años que salió el ejemplar, todavía vienen de muchos lados del mundo a hablar conmigo. Cuando nos volvimos a hablar, me decía por qué fui muy orgulloso, por qué me porté mal, cuando nunca lo hizo conmigo. Me reclamó haberlo dejado. Me dijo que la prensa nos separó, pero de su mente y corazón, nunca. Para la serie de televisión donde hablan de su vida, nunca me entrevistaron. No me iban a sacar hasta que Alberto los obligó, pues yo era parte de su vida. Pero distorsionaron mi personaje. Lo quisieron disfrazar, todo porque antes corrí al intermediario Jesús Salas. El libro de Magallanes Querido Alberto no tuvo éxito. El medio artístico se indignó porque la única y verdadera historia yo la había escrito. A la gente le gustan los temas colorados. Me decía Alberto que si lo hubiera escrito en la época actual no hubiera tenido éxito, porque ya es algo común.
A Juan Gabriel le gustó mucho el libro. Me dijo que al principio, la gente lo tomó como una traición, pero después lo aplaudieron por haberme atrevido a escribir nuestra historia. Se dijo mucho que fue el motivo de la ruptura, pero no fue verdad. El libro narra 4 años de conviviencia con Juan Gabriel. Lo hice en el 85, es donde se explica todo. Se descubre. Desde el momento que lo conocí hasta que nos separamos. Era una época polémica cuando se publicó. Fue el escándalo más grande que ha tenido México. Tuvo que haber temblado en el 85 para apagar la publicidad que levantó. Solo un fenómeno natural pudo opacar el momento. Juan Gabriel se pasó 45 años en un trabajo arduo. Fue un genio, el único que ha tenido México. Está muy difícil que alguien lo sustituya, tendrán que pasar muchísmos años para que exista otro semejante. Sus vivencias provocaron que escribiera tantas canciones. A Juan Gabriel era mejor oirlo cantar en vivo que en discos porque transmitía experiencias como autor. Hizo que los demás las sintieran. Cuando hice el libro Juan Gabriel y yo, me preguntaron qué iba a publicar. Adelantaron que me iría muy mal, me iba a perjudicar, pero fue todo lo contrario. Estaba muy contento que nos juntáramos de vuelta y desde entonces hasta que murió, todos los días nos comunicamos. Toda la gente que estuvo a su lado lo traicionó y trató mal, entonces recurrió a mi, para contarme lo que le sucedia. Supe lo que le pasaba los últimos dos años y medio recientes.
Cuando se habló de que iban a sacar otro libro distinto sobre su persona, me dijo que no tenían nada que contar, porque ya lo había dicho todo. Nadie va a poder escribir como lo hice, por miedo u otras situaciones. Hay un muchacho que se llama Sergio, hizo el libro que se llama Así fue. Cuando Alberto lo supo, se comunicó conmigo en lo inmediato. No le puse mucha antención, me insiste que ya circula. Entonces le dije a mi secretaria que se comunicara a Celaya con el pelado. Le dio gusto saber que le marcaba, pues me explicó que en el libro también me citaba, como un guía. Le pregunté de qué habló, si manejaba besos, cama y sexo. Me contestó que no. Le advertí entonces que no se vendería. Después me comunico con Alberto y lo tranqulizo. Le informo que el libro será más blanco que Blanca Nieves. Le digo que no se preocupe. No hay nada de nada. Para hacer un libro de tí, deben tener muy buena memoria, ademas de fotografías. Aparte de mí, Alberto nunca se dejó tomar placas con nadie, en una cama o en otro lado. Le dio pánico. Se cuidaba mucho. Me preguntó si quería conocer a Sergio para que tuviera el libro y le consiguiera otro. Hablé con el autor. Vino a San Luis, quería que lo ayudara al lanzamiento. Le dije con franqueza que no tendría éxito porque fue pareja de Juan Gabriel y no tocó el tema central. Y ya no lo podía cambiar. Como yo estaba relacionado con la prensa, quería que le organizara una conferencia para el lanzamiento. Le recomendé algunos periodistas para que lo entrevistaran, como El Gordo y La Flaca, en Telemundo. Alberto me dijo después que ya no lo ayudara, pues los reporteros nos verían juntos y se imaginarían que lo asesoré.
Entonces me retiré. Alberto tenía toda la razón. Es que Sergio en su libro habló muy bien de mí. Además de Juan Gabriel y yo, hice otro libro, Juan Gabriel y yo en la memoria, el más reciente. Es solo para los muchachos de la época actual que no conocían el anterior de hace 30 años. Es una nueva edición. Después de sacar el libro ya no hablamos. Jesús Salas nos separó. Lo asustó que su carrera se iba a derrumbar. El mismo Juan Gabriel dijo que fue todo lo contrario. El libro lo hizo más famoso, se cotizó más. El libro de Juan Gabriel y yo se va a reeditar. El cantante me dijo que aprovechara la serie televisiva. Y le agregara Juan Gabriel y yo, juntos una vez más, donde hablara de nuestra reconciliación. Voy a meter nuevas fotografías, otro capítulo y su muerte. Desde que nos volvimos a juntar, estaríamos unidos hasta el final. En agosto cumplí años y Juan Gabriel me escribió una canción que es inédita. En la serie que sacaron en televisión yo soy el personaje Jacobo, cierro la primera parte. Fui secretario de Juan Gabriel, amigo, administrador, representante, no el que pintan. Se basaron en el libro de Eduardo Magallanes que se llama Querido Alberto. La serie la hacen a partir del libro. Magallanes hace mancuerna con Iván Aguilera, el hijo postizo de Juan Gabriel y Jesús Salas, tío de Iván… continúa (tomado de la versión impresa, Diciembre 2016)
El deporte es un tema que nos une como mexicanos, somos aficionados a muchas disciplinas, nos enorgullecemos de nuestros atletas y somos apasionados en las competencias donde participan connacionales representando al querido país, prestos a apoyar con porras y palabras de aliento. En ese plano no existen diferencias, es un indiscutible punto de cohesión, se trata de un positivo y mexicanísimo estado de ánimo. Sin distingos eleva la alegría y dejamos atrás las divergencias, por un rato nos olvidamos de los problemas y damos rienda suelta al orgullo nacional.
Paradójicamente ante los resultados obtenidos en las olimpiadas de Río de Janeiro, que rayan en el fracaso, ocasiona que el estado de ánimo se caiga por los suelos. Si bien es cierto que México nunca ha estado entre los primeros lugares del medallero, pero tampoco en los últimos como ahora, de alguna u otra manera siempre nos hemos defendido, sobre todo en algunas variantes donde el nivel de competencia de nuestros atletas, pese a los pocos o nulos apoyos, nos colocaba entre los mejores del mundo. El éxito de nuestros competidores se irradiaba a todo el país, sin embargo, la triste realidad produce su efecto: el desánimo se hace presente, la nostalgia de ayeres más alegres en esas lides nos agobia y pasado el momento de distracción, regresar a lo que tenemos, el país y sus circunstancias.
La distribución de culpas se encuentra en apogeo, ya inclusive el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, manifestó que llamará a cuentas al presidente de la Comisión Nacional del Deporte, Alfredo Castillo, mientras que el dirigente del PAN, Ricardo Anaya, señaló que es un reflejo de la corrupción que se vive en el país. En fin, los reproches y enconos simplemente dejan entrever dos aspectos. El primero corrobora el fracaso de México en los Juegos Olímpicos y el segundo, la situación que vive el país, que continúa atravesando por una etapa crítica en todos sentidos.
El dilema ahora es ¿buscar culpables o ver hacia adelante?. En principio deslindar responsabilidades es un ejercicio obligado, pues es la forma de realizar una labor de crítica y autocrítica que se requiere para corregir los errores y aprender de las experiencias, algo queda claro, la renuncia de Alfredo Castillo y su equipo es lo menos que se puede esperar. Un punto toral es evitar que en el futuro tengamos un tropiezo similar y, para ello se tiene que trabajar desde ahora, con criterios específicos, personas capacitadas, infraestructura adecuada y la necesaria disciplina. Me atrevería inclusive a decir, más trabajo y menos grilla.
No estoy seguro de que lo ocurrido en Brasil sea un reflejo de lo que pasa en México, no obstante los resultados nos tomaron por sorpresa, nos asestaron otro golpe para el que no estábamos preparados, influyendo en nuestro estado de ánimo, eso simplemente hace que surja el enorme deseo de que todo cambien, para mejorar.
El 18 de junio fue el nacimiento definitivo o arranque del nuevo Sistema Penal Acusatorio en todo el país, nace nuestro bebé justiciero que en sus entrañas lleva la buena nueva de la justicia mexicana. A partir de entonces, todo la república, sin distingos, lo tendrá que aplicar en sus ámbitos de competencia. El naciente ya está muy meneado, por lo cual esperamos no se le haya caído la mollera, como decía mi madre. Entonces, cambia todo el sistema de justicia desde sus conceptos básicos, protocolos y aplicación. Todo se ha renovado, corregido y aumentado, con el único noble fin de que en México exista una justicia que en verdad sea pronta, expedita y cierta.
Hay que agradecer a los tribunales internacionales que se aprestaron a ordenarle a México cambiar la constitución en los artículos claves a los derechos y la certeza jurídica, como el 1º, 14, 16, 17, 18 ,19, 20, 21 y 22 de la carta magna, así como las formas y conceptos para los juzgadores en general y hasta su apreciación de los hechos en la impartición de justicia a resueltas de la resolución de la petición de justicia del caso Radilla Pacheco que llegó a una instancia internacional de protección de los derechos jurídicos de las personas, que por gusto e iniciativa de nuestro sistema político, estoy más que seguro, jamás se hubiera al menos intentado algo parecido.
Para operar un cambio, el sistema político gobernante argumentaría como pretextos, la falta de presupuesto y lo inviable de modificar la constitución, pero eso ya pasó. El tribunal internacional ordenó al gobierno mexicano hacer todo lo que parecería imposible y se concretó. La autoridad acató y desde el preámbulo, algunos cambios se generaron en el 2008 y hasta que culminó, se implementó el sistema para lo que fijó un término perentorio que culmina el 18 de junio del 2016. El sistema de justicia cambia porque cambia.
Hay que aplaudir que el gobierno mexicano destinó millones y millones de pesos desde el inicio en el 2008 y hasta el momento a los estados, carretadas de dinero que se destinaron o al menos se canalizaron a capacitación e infraestructura, para contar con lo más necesario para operar el naciente nuevo sistema penal acusatorio en la gran mayoría de las entidades, como San Luis Potosí a donde su anterior gobierno le tocó hacer los preparativos iniciales para entrar al sistema con todo lo necesario. Pero no atendió ni en lo mínimo las necesidades que ya mencioné.
Recibió los recursos y los gastó sin restricciones, aunque no se sabe dónde. El recién estrenado mandato de Juan Manuel Carreras ha tenido que bailar con la más fea. En las últimas fechas, la maquinaria, como siempre, camina a todo vapor en la capacitación, habilita infraestructura muy raquítica y con algunos cursos intensivos, busca que los involucrados del estado tengan la preparación suficiente para manejar el nuevo sistema penal en la entidad, qué bonito sería, pero no, es más complejo de lo que parece.
Es que cambia toda la estructura en interpretación del derecho penal mexicano. Los primeros resultados aceptables se verán en unos 10 años. Ni aunque se usara un microchip sacado del entendimiento de Miguel Carbonell sobre el nuevo sistema penal y se implantara a todos los actores, se obtendría el resultado esperado en el estado y para quienes no lo saben, en el nuevo sistema penal acusatorio, se juzgará primero el desempeño de los agentes en los delitos en flagrancia, la obtención de las pruebas, la preservación y conducción de la evidencia, la detención y conducción y la detención del imputado, se verá la posibilidad de la salida negociada por medio de los mecanismos alternos y forma de terminación anticipada de los acuerdos preparatorios.
Para ser precisos, habrá de operar en los delitos que la penalidad lo permita. Es decir, en los que la pena no sea mayor según la media aritmética a los 5 años de prisión. Los diversos delitos que no entren en el esquema, estarán bajo la lupa todas la actuaciones de forma tan escrupulosa que la mínima falla en cualquiera de las etapas previas o de las actuaciones obligará al juez de control o del juicio decretar la libertad del imputado, quien de entrada, no podrá ser señalado de forma distinta. Es decir, no se le podrá ni deberá llamar acusado, inculpado, procesado, presunto, agresor o delincuente, de ninguna forma que la expresión tenga como objeto presumir su responsabilidad, ya que vulneraría sus derechos humanos y tendría consecuencias fatales dentro del juicio en contra de la víctima u ofendido.
La clave del nuevo proceso penal está en el manejo que en el inicio le conceda toda aquella autoridad que tenga conocimiento en la primera línea de la noticia criminal o los hechos constitutivos del delito y del manejo que le de a la información y la evidencia, será preponderante para el resto del procedimiento penal. La figura de la policía de cualquier nivel que se involucre en el asunto es de necesaria influencia en el proceso según la calidad de sus actuaciones, ya sea de la investigadora o aprehensora. Es donde en el estado potosino estamos más carentes de capacitación, no digo de capacidad, porque los elementos la tienen para desempeñar la nueva forma de conducir los hechos de los que tenga conocimiento.
Pero la técnica y formalidad que impone el nuevo sistema penal acusatorio es diametralmente distinta. Ojalá no se impongan las equivocaciones y las deficiencias que permitan la impunidad de los delitos, pues ya estamos desbordados por la delincuencia, sobre todo en la capital. Tampoco quiero acusar a nadie sobre la falta de capacitación adecuada, no sea que se ofendan. Saludos y bendiciones.