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Claudia Sheinbaum ya no quiere saber nada de Gallardo Cardona

Las imágenes son contundentes, decisivas, preludio de cambios sustantivos en el campo de fuerza político. Fueron una especie de “destape” adelantado para la contienda del 2027, en la que habrá elecciones por la gubernatura. Y luego rematadas por frases lapidarias que anuncian la ruptura, el sacudirse con fuerza al murciélago que succiona frenético, la última gota de sangre de su víctima exánime. Previo a dejar San Luis en la gira de agradecimiento por su contundente victoria, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, corrió, vehemente, rápida, 20 metros, para despedirse de su apreciada amiga, la dirigente estatal de Morena, Rita Ozalia Rodríguez, perdida atrás de un barandal de hierro, a la que abrazó, besó y lloraron juntas, llenas de júbilo y alegría. La militancia hizo suyo el fugaz momento. Miró atónita a las dos mujeres, fundidas en un encuentro fraterno. La ambientalista susurró al oído de su alumna, alguna frase de encomio, alentadora, sobre el futuro cercano que será diferente.

Para no exacerbar los ánimos de las belicosas huestes del Verde Ecologista, que azuza constante el gobernador Ricardo Gallardo Cardona en su contra, Rodríguez hizo labores de sacrificio. Optó no entorpecer el acto de su mecenas, por lo que se perdió entre la multitud de espectadores. Pero siempre bajo la mirada vigilante de su protectora, que decidió vindicarla antes de irse. Aunque Rodríguez dijo que después haría público el mensaje, semanas antes adelantó que la alianza de Morena con el Verde Ecologista fue un absoluto revés, una farsa, ya que los únicos ganadores fueron sus ventajosos coaligados. Precisó que de 58 ayuntamientos, juntos, no lograron un solo municipio. Solos, apenas, consiguieron 4. Narró que fueron víctima de la violencia física y verbal, por lo que ya no era viable seguir mancomunados. Incluso en lo estético, se miró feo, juntar el guinda con el verde. Contó que la ahora mandataria, le preguntó, imperativa y categórica, sobre los tratos con Gallado Cardona.

-¿Ya no tienes nada que ver en la coalición? ¿Deben algo?

-No nos deben ni les debemos

-¿Nada?, entonces ciérrala.

La frontal conducta de Sheinbaum se equiparó a los consejos que años atrás, el presidente Andrés Manuel López Obrador, le dio al ex delegado de la secretaría del bienestar en San Luis, Gabino Morales. “A los Gallardo, jamás se te ocurre pedirles ni un vaso de agua, porque lo van a cobrar toda la vida”. El tabasqueño no se salvó de ser “levantado” por el peligroso dueto, integrado por Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona, cuando lo persiguieron inclementes por el río Santiago, hasta que le dieron alcance y lo llevaron por la fuerza a sus aposentos, donde le dictaron la agenda proselitista a seguir, en la etapa que buscó la presidencia de la república a través del PRD. Como edil de la capital, Gallardo Juárez lo humilló al no permitirle el cierre de campaña en la Plaza de los Fundadores. Soberbio, lo mandó al cruce de avenida La Paz y 20 de noviembre. Gallardo Cardona no obedeció las órdenes precisas del presidente, cuando en público, lo regañó para que arreglara rápido, el ducto de agua El Realito y ayudara a resolver la severa crisis hídrica que padeció la capital durante varios meses, antes de llegar los huracanes.  

Previo a la visita del que se va y la que llega al poder, Rodríguez descartó que se vuelvan a coaligar con el Verde Ecologista en el 2027, ya que fueron los únicos que alcanzaron sus objetivos. Morena sólo consiguió derrotas. “Nos juntamos sólo para que nos golpearan. No ganamos ninguna alcaldía. Perdimos la capital, Tamuín, Axtla de Terrazas, Ébano, Salinas. Resultó una comedia”. En el acto masivo que se realizó en el Centro de Convenciones “El Bandido”, según calificaciones navistas, se aprovechó el contexto para analizar los alcances sociales y económicos del Tratado de Libre Comercio.

A través de sus violentos “ahijados”, Gallardo trató de impedir que trabajadores del sector educativo y sindicalizados, externaran a través de cartulinas y mantas, el fraude por más de 5 mil millones de pesos que ha cometido a las pensiones estatales. Fue el primero en hablar. Le llovieron las rechiflas de los ofendidos militantes de Morena. Se desgañitó en lanzar hurras a la primera mujer presidenta de México, que se mantuvo casi ajena. Llamó a López el mejor de toda la historia, quien lo ignoró de manera olímpica. Jamás le aplaudió ni agradeció las lisonjas. Se mostró omiso, quizás molesto. Los agrios gestos lo delataron al tener enfrente al que años atrás llamó “mafioso”.

Gallardo alardeó que San Luis en tres años de su desempeño, aportó a la economía nacional, 5 mil 700 millones de dólares en exportaciones al extranjero. En su oportunidad, la secretaría de economía, Raquel Buenrostro, lo desmintió, al decir que sólo fueron 3 mil 894 millones de dólares. Cuando habló Sheinbaum, sólo se refirió a Gallardo como el gobernador, sin decir su nombre completo. Ya no permitió los desmanes que en sus anteriores visitas, le orquestó el comerciante de pollos a través de las violentos adeptos del Verde Ecologista, que ahora ubicaron a los lados. Al centro del edificio, colocaron a los vilipendiados morenistas. La académica anunció que iba a construir la vía férrea México-San Luis-Nuevo Laredo, en honor al empuje de su mecenas, el único que la abrazó y besó al terminar la arenga. Al momento de intervenir, López Obrador jamás mencionó a Gallardo, ni al principio ni al final. Sólo gritó a secas, “viva San Luis Potosí”. Se dedicó a exaltar a los héroes locales que alcanzaron rango nacional, como Ponciano y Camilo Arriaga, Librado Rivera, Juan Sarabia, Graciano Sánchez y Salvador Nava. Encomió la llegada a la presidencia de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, la única mujer en 300 años de colonialismo español y 200 años de independencia. Resaltó que hará un tren rápido, correrá a 140 kilómetros por hora. Presumió que sus programas sociales impactan a 30 millones de familias en el país.

Muy pronto Gallardo Cardona se ganó la enemistad de la casi presidenta de México. No cumplió el acuerdo de juntarle 650 mil votos. Sola, por su propio carisma, la ex candidata alcanzó 358 mil 792 sufragios. Tampoco le hizo caso de no promover a su cónyuge, Ruth González, como candidata a senadora, ya que iba a provocar un cisma interno, que sólo afectó a Morena. Ignoró las órdenes y desmesurado, volcó la estructura económica y administrativa del gobierno estatal para juntarle más de 500 mil votos. Desde la perspectiva de Gallardo, la encargada del DIF estatal es más popular que Sheinbaum, quien tampoco le perdona, haya lastimado en lo físico y verbal, a su seguidora predilecta, Rita Ozalia Rodríguez, a la que hostigó y pisoteó durante la etapa proselitista. No le importó hacerlo en presencia de su impulsora, que la rescató de los hostiles ataques en Valles, Tamazunchale, Rioverde, Soledad y Mexquitic.

Gallardo desdeñó los encuentros de Sheinbaum con la madre de la que será su brazo derecho, la siguiente secretaria de gobernación, Rosa Isela Rodríguez y Rita Ozalia Rodríguez, a la aseguró un futuro promisorio, ya cercano. Cómplice y protegido del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, Gallardo acrecentó los ataques viles contra la indefensa opositora a la que ordenó agarrar a sillazos, en la colonia El Polvorín, en Soledad, al acompañar al aspirante a la alcaldía, Juan Carlos Velázquez. Cuando la ex periodista de La Jornada fue designada responsable de la política interna del país y no Delgado, Gallardo quedó aturdido. Sin razonar, felicitó a Sheinbaum por la nominación. Aconsejado por alguien que tiene mayor oficio, contra su voluntad, encomió a la que podría fracturar su atroz cacicazgo. El diputado federal, Gerardo Fernández Noroña y el senador Ricardo Monreal, le reclamaron haber permitido, se colara como senadora, la panista Verónica Rodríguez, por sus enfermizos afanes de enterrar a Rita Ozalia Rodríguez. Y que humillara a la defensora del medio ambiente, al sacar menos votos que su esposa, Ruth González.

Nadie como Sheinbaum conoce a fondo el historial delictivo del binomio formado por los Gallardo. Sabe de los agravios sin castigo que le endilgaron a su promotor. Cuando perdió por el fraude que le cometió el panista Felipe Calderón en el 2012, se trasladó a San Luis en su vetusto Volkswagen para visitar, casa por casa, a los habitantes y decirles cómo se tejió la chicana. Además, les solicitó no bajar la guardia. Tuvo tratos cercanos con la familia del matador de dragones, Salvador Nava, enemigos acérrimos del dueto depredador. En su última campaña, la ambientalista recibió un grueso expediente, de varios miles de hojas, sobre los latrocinios cometidos por los Gallardo, en la alcaldía de Soledad, la capital y tres años de desastroso desempeño. Se lo entregó un grupo de ciudadanos que combaten las corruptelas, donde figura el ex regidor de la capital, Manuel Nava Calvillo, hijo del histórico oftalmólogo.     

Asesorada por Sheinbaum y su hermana, Rita Ozalia Rodríguez salió del letargo que le impuso Gallardo. Apenas asimiló la derrota que le infringió su principal enemigo, trajo a San Luis al senador Ricardo Monreal a presidir una asamblea sobre la reforma del poder judicial. Repitió el esquema con la ministra Lenia Batres Guadarrama, que se presentó en el auditorio de la facultad de derecho de la universidad autónoma. Para evitar que Gallardo controle a la bancada de diputados locales de Morena, intervino para que fuera nombrado coordinador, el oriundo de Santa Catarina, José Roberto García, que nombró a Rosa Icela Rodríguez, como una candidata natural a la gubernatura de San Luis en tres años. No permitirán que el ejecutivo les arme la agenda legislativa. Los aliados de las hermanas Rodríguez se guiarán por los cánones de la llamada Cuarta Transformación, que plantea no mentir, traicionar y robar, lo que Gallardo hace cada rato.     

                El triunvirato femenino que espanta

Al ser nombrada secretaria de gobernación, la huasteca Rosa Icela Rodríguez, Gallardo Cardona y la senadora electa, Ruth González, recibió un doble golpe mortal político, en sus desmesuradas ambiciones de controlar la nómina estatal los próximos 30 años. Antes de los comicios, Sheinbaum hizo algunos anuncios demoledores. Le aclaró al inclemente cacique que sólo iban a coincidir en el mando tres años, no más. Pero Gallardo fue víctima de sus fanfarronerías.

En lugar de juntarle los 650 mil votos que prometió a la ahora presidenta de México, se dedicó a comprar más de 500 mil sufragios para la titular del DIF estatal, a la que canalizó todo el presupuesto del sector salud, que supera los 2 mil millones de pesos, según denuncias de la doctora en economía y políticas públicas, Ana Lidia Devora Herrera.

En vez de cuidar y hacer ganar a Rita Ozalia Rodríguez, la predilecta de Sheinbaum, obsesivo, lleno de ira, se aplicó a boicotear su campaña. El ominoso mandatario se echó encima al trío hegemónico de mujeres. Tiene cuentas pendientes con las hermanas oriundas de Xilitla, luego radicadas en Valles. López Obrador también se dedicó a alabar a Rosa Isela Rodríguez, “hija de una maestra rural, destacada periodista de La Jornada, que tendría un desempeño ejemplar”. Sheinbaum superó con más de 3 millones de votos a su patrocinador. Parece que no va a comprar el pleito con los canales corporativos de televisión, a los que ha concedido varias entrevistas.

Buscará tener su propio bloque de gobernadores o al menos no perder los 21 que le hereda su gurú. Y para San Luis, ya acaricia el perfil idóneo. Gallardo y Ruth González confiaban seguir con el respaldo cómplice de Mario Delgado, quien quedó fuera de las oscuras negociaciones, en su nuevo encargo burocrático, como secretario del sector educativo.

La disidencia magisterial lo rechazó por haber firmado con el ex presidente Enrique Peña, la retrógrada “reforma educativa”. A Gallardo tampoco le favorece que pueda quedar al frente de Morena, Citlalli Hernández, que siempre ha criticado su delictiva biografía. Y llegará para sumarse al grupo de las mujeres que habrán de marcar la pauta los próximos 6 años. También perdió las simpatías del dueño de la franquicia del Verde Ecologista, Manuel Velasco, que sin consultarlo, hizo candidata a la alcaldía de la capital, a la diputada federal, Sonia Mendoza.

Rosa Icela Rodríguez también conoce a detalle, los saqueos impunes al erario por la familia Gallardo. Habrá de esperar el momento adecuado para el ajuste de cuentas. Los detractores del gobernador estiman que lo pueden sacar de la jugada, sin gastar un peso ni romper un vaso de plástico. En tal sentido, ser incorporarlo por Sheinbaum al gabinete, en un cargo secundario. Los sueños guajiros de Gallardo, de superar a Gonzalo Santos y Horacio Sánchez, al nombrar sucesores, se extinguen acelerados

                                   Otro dueto incómodo

Las maniobras transexenales del gobernador Ricardo Gallardo Cardona se las pueden complicar además, el recién nombrado secretario de seguridad, Omar García Harfuch y la asesora jurídica de la presidencia de la república, Ernestina Godoy Ramos. García fue en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, encargado de la Agencia de Investigación Criminal, comisionado de la policía federal en Guerrero y director de la división de investigaciones de la policía federal. Con su actual protectora, fue secretario de seguridad en la etapa que se desempeñó como jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Es hijo del ex titular de la Dirección Federal de Seguridad y ex presidente nacional del PRI, Javier García Paniagua. Su madre es la cantante María Harfuch Hidalgo, que usa el nombre artístico de María Sorté. Es nieto del ex gobernador de Jalisco y ex secretario de la defensa nacional, Marcelino García Barragán. García Harfuch hizo equipo con el ex comisionado de la policía federal y actual alcalde reelecto de la capital, Enrique Galindo Ceballos. Previo a las elecciones del 2 de junio, los delegados en San Luis del organismo cívico Suma, cercanos a Sheinbaum, manejaron como candidatos alternos de Morena a la presidencia municipal, al empresario Elías Dip Leos, hijo del bronco transportista, el ex candidato a la gubernatura por el PRD, Elías Dip Ramé.

También hablaron de colar, por medio de García Harfuch, a Galindo, como un favor especial a la abanderada presidencial. Pero el proceso electoral estaba muy adelantado, lo que complicó los amarres. El escenario se puede repetir si la dirigencia nacional y estatal del PAN, en un balance erróneo de fuerzas, decide ya no apoyar al doctor en gobernanza y si Morena, en tres años, no logra al menos, tener un comité municipal en los 58 ayuntamientos.

Lo cierto es que sin la estructura administrativa, financiera y policiaca de Galindo en las recientes elecciones, con otro candidato, el PAN hubiera fracasado ante los embates furibundos de Gallardo. Se hubiera robado todas las casillas y rellenarlas en sus ranchos, sin que nadie le hubiera hecho el mínimo reclamo. Al mandatario también le preocupa la llegada al gabinete federal de Ernestina Godoy Ramos, hermana del ex dirigente interino de Morena, Mario Alberto Godoy Ramos, víctima de las ofensas y violencia sistemática del gobernador. El foráneo es el brazo derecho de la vilipendiada Rita Rodríguez.

Godoy pronosticó que el aspirante de Morena a la alcaldía de Soledad, Juan Carlos Velázquez, ganaría a su opositor del Verde Ecologista, Juan Manuel Navarro, con 5 puntos de diferencia. Pero no consideró el mega fraude cometido por Gallardo para mantener intocable el epicentro de su guarida. Ernestina Godoy se desempeñó como fiscal de Sheinbaum en la Ciudad de México, ahora la rescata como su consejera jurídica. Además, Godoy y García Harfuch, hicieron mancuerna como candidatos a senadores en el otrora Distrito Federal, donde arrasaron con más del 50% de los votos. Juntos también le pueden exigir cuentas claras a Gallardo, por las humillantes ofensas a sus amigos y familiares cercanos.