La alcalde de Villa de Reyes, Érika Briones, se salvó de que la enlodaran por comprar vehículos robados
2 enero, 20209:05 pmAutor: La NoticiaCapital Destacada Municipios Noticias
En la etapa que fue diputada federal, la ahora alcalde de Villa de Reyes, Érika Irazema Briones Pérez, llevó su lujosa camioneta Audi blanca a una agencia local para que le hicieran un servicio completo. A las pocas horas le llamaron de urgencia. En corto y en privado, juntos el horror y el enojo, le dijeron que se llevara el vehículo. No le cobraron un centavo. La urgieron a salir de las instalaciones. Le aseguraron que no la iban a delatar a la policía, ya que la unidad tenía reporte de robo en México. Pero la condicionaron a jamás regresar. Nunca denunció los hechos, ya que la suburbun la había adquirido en Creativa Motors, cuyos dueños eran sus patrocinadores, los ex alcaldes de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez y Ricardo Gallardo Cardona.
Tampoco le convenía hacer un escándalo mayor, pues estaba en ciernes su campaña por la alcaldía. Meses atrás hizo labores de proselitismo a la sombra de Gallardo Cardona, que con las siglas del PRD, buscó la curul por el segundo distrito. Además, competía contra el edil del PRI que buscó reelegirse, Juan Gabriel Solís, alias “El Panchillo”, que se enriqueció con el erario. Tenía la chequera del ayuntamiento en la mano, con la que iba a comprar al precio que fuera, los votos necesarios para ganar. Apoyada por sus consejeros, le endilgó a su opositor una campaña negra, sucia, para demeritarlo. Lo doblegó con un porcentaje de dos a uno. A la sombra de los Gallardo, Briones fue regidora, dirigente estatal del PRD y legisladora federal. La sacaron de un tendajón ubicado en la avenida Los Pinos, donde vendía alcohol a destajo en las madrugadas. Luego la llevaron al cenit del éxito.
Apenas ganó, aleccionada por su pareja sentimental, Arturo Téllez, otrora guarura y chofer de los Gallardo, buscó quedarse con todas las ganancias que arroja el ayuntamiento. Lo que le valió ser exhibida cada rato en los medios ligados a sus ex jefes, como La Orquesta, Código San Luis y CN13 Noticias. Relataron que por negarse a cubrir más de 2.5 millones de pesos por daño material y moral a una viuda que perdió a su esposo ante policías municipales que lo confundieron, podría ser destituida del cargo. Los regidores del ayuntamiento, Carlos Espinosa, Alma Segura Hernández y María Zavala, denunciaron a la alcalde y colaboradores de amenazas, hostigamiento y agresiones físicas por exigir transparencia en el gasto público. Lo que motivó, no le firmen las actas de cabildo.
La acusaron de no hacer obras relevantes. El oficial mayor, Gustavo Sánchez Loredo, renunció al cargo después de tener una ácida discusión con su jefa, que incrementó los gastos de gasolina un 300%, ya que la mayoría del gabinete se traslada diario de la cabecera a Soledad, de donde son originarios. Los críticos de Briones aseguran que usa relojes y pulseras Cartier de 500 mil pesos. “A la señora le fascina gastar. Tiene gusto por las zapatillas Louis Vuitton, joyería Bvulgari y bolsos Fendi”.
Pero ni el mismo jefe del clan, Ricardo Gallardo Juárez se salva de sus propios enjuagues. El 4 de noviembre del 2012, diversos diarios consignaron que el también ex edil de la capital, junto con su chofer, un agente adscrito a la nómina de Soledad, viajaban en un BMW, blindado. Tenía placas de Texas y contaba con reporte de robo. Varios policías estatales trataron de interceptarlos en la avenida La Paz, pero lograron huir. El ex munícipe logró esconderse en las oficinas ubicadas en la colonia La Constancia, donde se ubica su procesadora de pollos. La procuraduría de justicia confirmó que la unidad fue confiscada y el escolta detenido.
El 22 de noviembre del 2012, la policía estatal detuvo al entonces secretario del ayuntamiento de Soledad, Pedro de Jesús Olvera Vázquez, que manejaba un Versa negro. Anunciaron que fue hurtado con violencia el 5 de enero del mismo año en la colonia Arboledas del Real, en la calle Yucatán. El funcionario alegó tener los documentos con los que podía sustentar, ser el dueño legítimo. Olvera fue llevado ante el ministerio público a declarar. El edil, Ricardo Gallardo Cardona, hizo el cabildeo necesario para lograr su rápida soltura. El implicado sostuvo que hizo una compra de buena fe. El ex presidente del PRI estatal logró zafarse después del yugo de sus verdugos. Fue mencionado para ocupar una dirigencia colectiva en el PRD, en lugar de Ignacio Segura Morquecho. Cuando asistió a San Luis el líder nacional, Ángel Ávila Romero para instaurar el nuevo mando, donde figuró Olvera, un grupo de enardecidos inconformes, capitaneados por la regidora de la capital, Ana Rosa Pineda, los agarró a huevazos al salir del hotel Panorama.
El ex director de seguridad pública estatal, José Luis Urban, detuvo a Ricardo Gallardo Cardona, por conducir a exceso de velocidad, un vehículo sin placas, con vidrios polarizados, lleno de armas y guaruras sobre la avenida Salvador Nava. Lo bajó y le pegó la cara sobre el pavimento para revisarlo. El padre, Gallardo Juárez, exigió al gobernador Fernando Toranzo, destituir al funcionario por actuar de manera arbitraria, sin respetar la investidura del alcalde electo de Soledad. El galeno respondió que también iba a solicitar la caída del infractor, ya que no existía impunidad para nadie.
Antes de que Gallardo Cardona fuera encerrado en el penal de Hermosillo, Sonora, donde se concentran los criminales más peligrosos del país, el ex comandante de la policía judicial, Julio Alfredo Ceballos Alonso, publicó en su página electrónica, un centenar de automóviles de lujo, de alto valor, donde el ex reo aparecía con modelos que portaban vestimentas caras y exóticas, sentados sobre el cofre. Habló de una colección de vehículos europeos que guardaban en la quinta Diamante, que se ubica en La Constancia. Perteneció al ex policía federal de caminos, Fernando Rojo, que tuvo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el hotel Punta Diamante.
Junto con el ex regidor y también ex jefe de la policía federal de caminos, Miguel Naya, fundaron la empresa de seguridad privada Diamante. También se dedicaban a la compra y venta de carros que adquirían de las aseguradoras. Los arreglaban y volvían a ofertar. El negocio quedó al final en manos de Luis Miguel Rojo Ocejo alias “El Oso Rojo”, al que se le ubicó como tesorero de Los Zetas. Estuvo ligado a los encargados de la plaza en San Luis, Luis Alberto Cabrera, El Arqui, que ordenó ejecutar al ex director de seguridad pública, Jaime Flores Escamilla.
Al “Oso Rojo”, hijo de Fernando Rojo, se le vinculó también con Jesús Enrique Rejón Aguilar, “El Mamito”, Sergio Mora Cortés “El Tuto” y Julián Zapata, “El Piolín”, a los que acusaron del asesinato del agente estadunidense, Jaime Zapata, en la carretera 57, cerca de Santa María del Río. También resultó herido su compañero Víctor Ávila. Ceballos relató que en la Quinta Diamante, se reunía la clase económica y política de la capital a comer y beber. En tal sitio, los ex alcaldes fueron citados para presenciar brutales ejecuciones, con el único propósito de demostrarles quienes eran los que tenían el mando. Los Gallardo usaron de enlace con el crimen organizado al que fuera director de la policía municipal, Jesús Maldonado, en cuyo rancho, ubicado en Soledad, se llegaron a encontrar decenas de narco fosas.
Ceballos estableció que los Gallardo fueron nombrados custodios de los botines que consiguieron Los Zetas, producto de secuestros, asaltos y homicidios. Cuando la mayoría de los jefes de las pandillas cayeron abatidos, quedaron como dueños absolutos de la plaza. Para continuar las tareas delictivas, contrataron pandilleros, sin nociones militares, lo que les facilitó el pleno control a través del ex director de la policía municipal, Mauricio Ordaz. Los ex ediles incrementaron su fortuna con el manejo absurdo del erario de Soledad y la capital, donde Gallardo Juárez mordió el polvo frente al panista Xavier Nava Palacios, que lo acusó varias veces de un desfalco que supera los 2 mil millones de pesos. Ceballos Alonso precisó que los ostentosos carros del “Oso Rojo”, podrían ser el origen de la agencia Creativa Motors, que se ubica en el Saucito.
Es donde se auto rentan y compran las patrullas que demanda el edil títere, Gilberto Hernández Villafuerte, que adquiere en licitaciones irregulares. Una muestra más de la alianza de los Gallardo con el “Oso Rojo”, es que su hermano, Fernando Rojo Ocejo, es director de fomento económico en Soledad. El columnista y conductor del principal noticiero de la cadena televisiva Imagen, Ciro Gómez Leyva, se confrontó varias ocasiones con Gallardo Juárez, que lo llamó mercenario de la información. En uno de sus escritos destacó que “los potosinos viven atemorizados, ya que los Gallardo son como los Abarca de Iguala. Se coludieron con Los Zetas, son responsables del aumento de crímenes, secuestros, extorsiones y trata de blancas”. Los Gallardo ganaron con fraude y terrorismo la alcaldía de Soledad. Cometieron sabotajes, intimidaron, secuestraron y golpearon a sus oponentes. Previo a los comicios donde se coló con sangre su sobrino, Pedro Gallardo Juárez trató de levantar a seguidores de la entonces candidata del PRI, Amalia Velázquez, en el Acceso Norte, a un lado del restaurante Guerra. Lo acusaron de rapto, lesiones y robo de vehículo con violencia. Fue detenido y enviado a las mazmorras de La Pila, donde estuvo apenas unos días. Salió gracias a la impunidad que le garantizó el omnipotente ex secretario de gobierno y ahora diputado local, Cándido Ochoa Rojas.
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