La ahorradora Guadalupe Villanueva, víctima de Apple, sin saberlo, reclutó a más víctimas, que en conjunto, aportaron 14 millones de pesos a los defraudadores Orozco

17 febrero, 202510:45 pmAutor: Paola Moreno GuzmánCapital Municipios Noticias

La ahorradora del Sistema Apple, Guadalupe Villanueva, denunció que en Rioverde y Querétaro, la fraudulenta empresa le quitó su patrimonio a más de 2 mil personas. Las engañó al ofrecerles jugosos beneficios si invertían en sus aplicaciones, al ofrecerles ficticios y volátiles intereses del 5% cada mes, obtener productos gratis de la firma, como teléfonos de última generación, computadoras, artículos básicos de limpieza, canasta básica, viajes y el pago de múltiples servicios, como agua, predial, luz.

Villanueva narró que en el 2021, decidió invertir su patrimonio. Jamás notó alguna anomalía, pues los intereses del dinero se vieron reflejados en sus cuentas.  Con la ayuda de su madre, decidieron invitar a más gente. Convencieron alrededor de 50, que invirtieron un total de 14 millones de pesos, que ahora les deben, pero no se los regresan. “Para ingresar, nos daban una hoja en blanco. A mano o en computadora, escribimos que aceptamos todos los términos y condiciones del contrato. Poníamos la fecha de ingreso y firma. Después, al sostener el documento, junto con la credencial de elector, nos tomaban una foto de la cintura para arriba y la enviamos a los directivos, Elizabeth y Andrés Orozco”.  

“Después nos subían a su plataforma y ya estábamos dados de alta. Todo funcionaba perfecto, el rendimiento del 5% prometido, lo entregaban. Podíamos retirarlo cada mes, bimestral o trimestral. Algunos lo hacían para cubrir los servicios básicos. Otros como yo, los reinvertimos para generar más intereses. Los retiros los podíamos hacer cuando los Orozco, dueños de las aplicaciones, lo permitían. Mientras no lo hicieran, no se lograba nada. Hubo varias categorías, nos daban el nombre de socio inversionista, cuando se aportaban mil dólares, que era el mínimo o 20 mil dólares, lo máximo”.

“No se hacía más, porque los líderes o reclutadores, eran los que manejaban la cuenta y las inversiones. Al ingresar, al menos dos personas, en un lapso de 30 días, pasaban a ser representantes activos. Fue la categoría en la que yo estaba. Por llevar 5 socios al mes, nos daban un bono estrella, como lo llamaban, de 200 dólares. Eran especies de compensaciones. Es cómo nos motivaban para conseguir más clientes. Además, nos subían de nivel. Después de la categoría RA, seguía el platino, titanio, plata, oro. El más alto era el diamante y el socio fundador, nivel en el que otorgaban acciones dentro de la empresa. La señora Elizabeth Orozco era la que daba las escalas, al checar cuántas personas ingresaban y lo que invertían. En Rioverde instalaron oficinas en las que impartieron capacitaciones. Fue donde conocí al señor Andrés Orozco y demás dirigentes, como Román Gallegos y su esposa, Lizeth Hernández, Elida y Raquel Blanco, las que cada semana se iban a reclutar gente a Querétaro, ya que viven en Pinal de Amores. Otros fueron Santiago Hernández, Rodolfo, la maestra Patricia y su hijo Alexis, Rocío Orozco Rosales, la contadora Dolores Morales, su esposo Jafet Pérez y muchos más”.

“En las capacitaciones nos decían que debemos compartir la oportunidad de crecer con más personas. Asistí tres veces a las fiestas de aniversario que hicieron en México. No las pagaban los Orozco, nosotros con nuestro dinero. Nos vendían boletos o hacían rifas y con los fondos, rentaban salones, música y comida para las tertulias. Una vez asistí a una posada navideña en la casa de los Orozco. En mi caso, no siento que fui una líder o reclutadora, porque jamás subí de nivel ni tampoco me dediqué a convencer a la gente, para que se uniera. Yo solo invertí mi dinero, les platiqué a mis familiares, que también decidieron meterse y luego platicaban con conocidos. Al final venían a buscarme para que los ayudara. Y como había ido todos los jueves a las asesorías, le entendí al tema y compartí lo aprendido”.

“Fue como creció el número de socios, bajo mi patrocinio, pero solo los ayudaba a ingresar su dinero y moverles las inversiones. No obtuve ningún beneficio o dinero a cambio. Al igual que todos los afectados, también perdí mis ahorros. Muchos me quieren culpar, pero estoy en la misma tragedia. Mis familiares se molestaron conmigo, después entendieron que no estaba en mis manos resolver el problema. Si hubiera sabido que se trataba de un fraude, jamás hubiera metido a mis parientes”. Villanueva aseguró que los Orozco son personas mentirosas y tramposas, saben envolver en lo psicológico a sus víctimas. Después del cierre de las aplicaciones, comenzaron a negar y modificar las cláusulas del contrato que hicieron llegar a destiempo a los afectados. “El señor Andrés Orozco está lleno de falsedades y contradicciones. Dice que nunca había visitado el municipio, cuando yo lo conocí en las capacitaciones que daba. También vino a dar una plática a la universidad, para invitar a las personas a unirse a la firma, tengo fotos. Incluso, prometió que iba a construir una manzana dorada en Rioverde, como símbolo de su empresa, que significa abundancia y ofrecer grandes oportunidades en la zona media, por lo que le pediría permiso al ayuntamiento y lo dejara construirla”.

“Los Orozco niegan haberle dicho a los inversionistas, que para tener más de una cuenta, podían usar prestanombres, familiares o conocidos. Los puntos que nos daban por haber invertido, los cuales podíamos canjear de manera gratuita en productos de la empresa, ahora mencionan que no los regalaban. Si alguien había invertido cierta cantidad, pero hizo pagos de servicios o usó algún insumo, ya no tenía que reclamar, porque agotaron los ahorros. No aceptan haber vendido seguros de vida. Les decían a los socios que las inversiones no tendrían caducidad. Y si fallecía el dueño de la cuenta, la recuperaba un beneficiario, que iba a gozar de sus ingresos toda la vida. Pero si querían retirarse en cualquier momento, lo hacen. Solo pagaban el 10% de penalizaciones”.

“Ahora sostienen que nosotros somos los responsables, por no haber leído el contrato, que nunca mostraron antes de ingresar. Después de mucho tiempo, al meternos en las aplicaciones, nos hicieron llegar por WhatsApp un pdf de 36 hojas, que luego de la quiebra, han modificado para no comprometerse. Nosotros tenemos evidencias, junto con los recibos de las transferencias que les hacíamos”. La afectada subrayó que empezaron a notar anomalías, semanas antes de mayo, cuando les bloquearon por completo las cuentas. “Uno de mis hermanos tenía 10 mil dólares y quería sacarlos, porque los necesitaba de urgencia. No pudimos lograrlo, ya que pusieron un límite máximo de mil dólares. Después lo cambiaron a 500 dólares, hasta que ya no dejaron retirar ni un solo peso. En el caso de mi hermano, fue el único que pudo vencer las trabas, porque nos ayudaron otras personas. Pero mi familia y yo no pudimos sacar nada”.

“Tampoco se logró cubrir pagos de servicios ni sacar productos. Bloquearon el acceso, comencé a preguntar a los líderes sobre lo que sucedía. Me respondieron que todo estaba correcto. La empresa enfrentó una auditoría y que en tres meses, iba a regresar a lo normal. Román Gallegos, su esposa Lizeth Hernández, Raquel y Elida Blanco, supieron de la verdadera crisis. Se acabó el dinero y callaron. La misma Lizeth Hernández me dijo: la única forma de recuperar algo del dinero, era invitar a más gentes que se uniera al negocio. Me negué. Contestó que no miraba el verdadero negocio, y se dedicó a reclutar gente fuera de Rioverde. Claro, porque los cercanos nos dimos cuenta del fracaso. Pero le valió un cacahuate”.

“Además, ¿cómo iba a invitar a otros con engaños? Supe que perderían su dinero, como nosotros. Nunca retiré mis fondos. Las ganancias preferí reinvertirlas. Otros sacaron los réditos cada mes y alcanzaron a recuperar las inversiones. Pero muchos entraron al final y perdieron todo. Me siento mal, por la gente a las que ayudé con sus movimientos o transferencias. Aunque no tenga culpa y sea una más de las afectadas, me queda un cierto malestar. Es por lo que apoyo en lo que se pueda en las demandas, para evitar que más personas caigan en la trampa. Los líderes, al igual que los Orozco, son responsables, porque sabían de la bancarrota y no nos alertaron. Al contrario, hasta hoy, reclutan más víctimas. Desconocemos dónde esta nuestro dinero. Confiamos en que se hará justicia”.

Comments

comments

Comments

comments