Karla Pontigo , víctima del estado criminal

6 febrero, 202010:23 pmAutor: La NoticiaCapital Destacada Noticias

La sentencia que emitió la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el asesinato de la edecán Karla Pontigo Lucciotto, dejó sin efecto el anterior veredicto de homicidio culposo. Obliga a las autoridades locales a reponer las pesquisas con una perspectiva de género. El dictamen erosiona el manto de impunidad que se gestó en torno al caso. Las nuevas investigaciones tendrán consecuencias penales, administrativas, internacionales y patrimoniales. Buscan reparar el daño moral a la familia con una cifra multi millonaria. El estado es el principal responsable. El caso lo habrá de manejar un grupo de abogados competitivos, lo mejor de América Latina, semejantes a los que llevaron el caso del ex líder social desaparecido Rosendo Radilla y las asesinadas en los campos algodonero de Juárez. Los que transformaron al país con la nueva constitución en derechos humanos.

El litigante Marco Barrera, también colaboró en el tema de Pontigo. Logró sacarlo a nivel nacional, donde lo conectó con organizaciones feministas, que tienen el respaldo de abogados de todas las latitudes del mundo. “Saben cómo resolver el acertijo. En siete años que transcurrieron, el asunto habló sólo, más, que si se hubiera juzgado en tres meses. Se saben muchos detalles. Otras personas se acercaron a los defensores y la familia y dieron más datos. Los abogados que vienen a San Luis no le apuestan a saber quiénes mataron a la joven. Van a tratar de impactar a los involucrados en diversas áreas del aparato gubernamental”.

“El fiscal Federico Garza, como figura autónoma, tendrá que cumplir la sentencia, que es histórica. El gobernador Juan Manuel Carreras es el principal político responsable. Confío en que habrán de cumplir. Es una oportunidad para la ciudadanía. La corte alcanzó estándares muy altos. Viene muy pedagógica, hay que apegarse a lo que dice. Se debe apreciar como una oportunidad para darle voz a una causa que en el mundo es la más importante. Ahora se discute el medio ambiente, el fenómeno de las migraciones y modelos económicos. En el país se habla de la corrupción y democracia. Pero a la gente lo que más la afecta es la violencia contra la mujer. Algo que en generaciones pasadas nunca ocurrió de forma tan drástica”.

“Según la Organización de las Naciones Unidas, en México, todos los días, 9 mujeres son víctimas de feminicidios. Vemos cambios antropológicos en todo el mundo. Sucedió en Chile con el colectivo artístico Las Tesis, que se manifestaron en Valparaíso y que se replicó luego en otros países. En París, el 25 de noviembre, hubo una gran marcha donde se concentraron personas de muchas latitudes. El caso de Karla Pontigo estuvo representado por Amnistía Internacional. Le toca ser epicentro, se convirtió en icónico. Fue el segundo caso que manejó la Suprema Corte en sus 200 años de historia. Ojalá no hubiera tenido ninguno. Pero es algo que no se puede ocultar”.

“El primero que abordó fue el de la litigante Mariana Lima, que se registró en el Estado de México. Luego le tocó a Karla Pontigo. La corte lo aceptó por varios motivos. Lo que se dijo de Mariana Lima no resultó suficiente. Le sucedió todo tipo de situaciones. Intervino el estado, se generó impunidad y el agresor, un policía ministerial, está preso y sentenciado. Con Karla Pontigo hubo otro tipo de saña. La teoría de la puerta de vidrio no funcionó cuando hubo una autopsia tan poderosa donde se demostró que el cuerpo fue devastado, maltratado de manera draconiana. La familia sufrió violencia institucional, ya que no los dejaron entrar a la procuraduría de justicia”.

“No les permitieron interrogar testigos o la persona imputada, como el empresario Jorge Vasilakos. No los dejaron aportar pruebas. La lucha que enfrentó la familia fue contra una pared de impunidad. Son algunos elementos que en el caso de Mariana Lima no estaban muy visibles. La corte vio la alternativa de ampliar el espectro de jurisdicción que deben llevar los casos de feminicidio. Otra circunstancia que influyó es el momento constitucional que se vive en el país y el mundo, que es la violencia contra las mujeres. El caso de Karla Pontigo duró en la corte 4.5 años. Fue atraído el primero de julio del 2015 y lo resuelven el 13 de noviembre”.

“No debemos olvidar que México ha sido el único país que fue condenado por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos por 8 femincidios que sucedieron en el campo algodonero en el 2009. Ya se cumplieron 10 años. Todavía no se cumple la sentencia. Nos refleja que se trata de un problema fuerte en el país. Cuando a un estado se le escapan de las manos temas tan simples, como saber que Karla Pontigo fue asesinada de manera brutal, al no poder manejarlo, le echan la culpa a una puerta de vidrio. Ya no es un tema de corruptelas. Es de carácter constitucional. La Prueba Internacional para la Evaluación de Estudiantes, Pisa, que hace la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, nos coloca en los últimos lugares de 71 países evaluados”.

“Estamos en el rango 53 de lectura. En el 57 en ciencias. En el 61 en matemáticas. Somos el penúltimo lugar de los países miembros. Sólo el 1% de los que estudian, son capaces de comprender un texto complejo. Somos un país sin cultura, no se puede ocultar. Otro de los problemas es la desigualdad. Existen 60 millones de personas que no tienen posibilidades de acceder a la justicia. El ámbito penal es sofisticado y costoso. Es lo que genera rabia. La gente se manifiesta con furia. Un sector de mujeres desahoga su impotencia con actos que pueden parecer vandálicos. Pero en realidad son expresiones mínimas de impotencia. Es verídico que existe una crisis institucional. San Luis Potosí es un reflejo de algo más grande, de que no sirve el estado mexicano, la clase política, las instituciones. Van a estar a prueba. Sabremos si de 7 años a la fecha, con la sentencia de la corte, con el apoyo de las redes internacionales, logramos reivindicarnos”.

“Todo empezó con un crimen que no se resolvió. Se convierte en aliciente para que se cometan más. Hubo otros lamentables, previos, como el de la bachiller del salesiano, Shantal González y uno que se registró en Carraza. No se aclaran y envían una señal psicológica a un perfil de criminales de que prevalece la impunidad. Pueden hacer lo que se les antoja y no pasa nada. Con la sentencia de la corte y la lucha de la madre, Esperanza Lucciotto, con su familia, presentan una tesis antagónica. Plantean que no importa hacer lo que sea, comprar autoridades, que sean flojas o se hayan corrompido o pasado mucho tiempo, pero habrá consecuencias. La corte envió el mensaje de que la película no se ha terminado. En materia penal, hay muchas formas de revivir los casos. Se viene el juicio más importante en la historia local, porque está en juego una sociedad viable”.

-Cómo se dio el dictamen burlesco de la puerta que asesinó a una persona. ¿Lo hizo un ministerio público desvelado?

-Lo dijo una institución corporativa de manera concienzuda, lo meditaron, lo ocultaron durante el año que actuaron a espaldas de la familia. Fue una organización criminal para sacar la tesis irrisoria. Le apostaron a que la señora no alcanzaría a impugnar. Cuando le dicen la teoría de la puerta de vidrio, ya había incluso el auto de formal captura en el juzgado. Era un tema de la procuraduría y del poder judicial, en particular, el segundo penal. Es obvio que hubo un contubernio. Es más que evidente, actuaron diversas instancias del estado. Es lo más grave. Hablamos de un ente criminal, como en África. Es lo que sucedía en San Luis hace 7 años.

“La conspiración se dio después de la violencia donde casi la privan de la vida, ya que muere al día siguiente, un lunes a la una y cuarto de la mañana. Buscaron tratar el control de daños. El plan se tejió en el Hospital Central o es la forma normal de actuar para quitarle los órganos a los jóvenes. Supongo que hay un mercado negro o para no dejar evidencias del caso. No se debe condicionar a una familia, quitarle los órganos para interponer una denuncia por feminicidio. Primero se los quitaron y después investigaron. Cuando se presume un asesinato, actuaron de manera irregular. A nivel nacional incineran los cuerpos. Es algo muy feo, ya que se habla de personas no identificadas. Pueden ser inmigrantes o que estuvieron en fosas comunes o clandestinas. Después resulta muy complejo saber lo que pasó. En el caso de Karla Pontigo hubo una autopsia. Al margen de cualquier herida interna, eran visibles las externas. La sentencia de la corte reproduce y explica la autopsia”.

“Casi dice que hubo un feminicidio. Ya sólo falta saber quién es el responsable. El estado actuó como un cómplice de quienes le ocasionaron la muerte a Pontigo. Era como hablarle a los compinches. Pero eran agentes de autoridad que viven de lo que les pagamos los ciudadanos. Es inaudito. Las fallas del caso se expresan en la sentencia. No agregaría ninguna. Por ejemplo, consignan que se tardaron 40 horas en llegar al lugar de los hechos. La persona que los recibe es el imputado. No acordonaron el sitio y la escena del crimen la buscaron ensuciar para que no fuera válida. La autopsia la hubieran ocultado y destruido. Pero una médica legista se la dio a la familia. Fue por lo que la hicimos pública en una rueda de prensa. Es lo que nos permite saber lo que pasó. Será un tema de resolver muy fácil. Es algo que habrá de determinar la procuraduría. Existen dos escuelas en la materia criminológica. Una vieja, clásica, es la que percibo en muchas personas en San Luis Potosí. Otra más moderna y desde su ángulo, el asunto es sencillo. No que sea fácil de cerrar, pero hay mucha evidencia. Y la procuración de justicia lleva sus tiempos. Debe incluir el debido proceso, pero desde una óptica diferente”.

“La corte no hubiera aceptado algo donde no hay posibilidades de resolverlo. El tema se abordará en el antiguo esquema penal. Para entender lo que es la perspectiva de género, hay que ubicarnos en el caso de Abril Pérez Sagahón, asesinada cuando circuló por las calles de Coyoacán. Después del crimen, se supo que un año antes, la atacó a batazos su ex pareja, Juan Carlos García, cuando dormía. El asunto no puede verse como simple violencia doméstica, por el contexto que vivía y el índice de feminicidios que se registran en el país y el mundo. Hay que analizarlo en la perspectiva de desigualdad que tiene el grupo en particular. Si los jueces lo abordan con un enfoque de género, sabrían que no era un tema menor. No fue y ahora es fácil saber lo que pasó y dar sermones. Igual pasa con las mujeres que envían a los albergues. Las ocultan de los agresores. No saben dónde se ubican, pero regresan a casa y las matan. No es lógica la política pública que busca protegerlas”.

“A la gente le interesa saber que no haya impunidad otra vez. Es lo que va a definir el sexenio del doctor Juan Manuel Carreras. Es a través de tales impulsos como se construyen las instituciones. El 28 de octubre, la directora de Amnistía Internacional en México, Tania Reneaum Pannszi y su homólogo de Bélgica, Filippe Hensmans y la madre de la víctima, Esperanza Lucciotto López, le entregaron 83 mil 974 firmas que respaldan la exigencia de justicia en el marco del séptimo aniversario del deceso. Además de México, se recopilaron en España, Bélgica, Paraguay, Puerto Rico, Costa Rica, Alemania, Argentina, Brasil y Estados Unidos. Se juntaron en las campañas Vivan las mujeres y Juntas hasta la vida. Yo me vinculo al caso en el 2013. Antes lo manejó mi padre, Antonio Barrera, el licenciado Julio Ceballos y varias activistas”.

“Llegamos con un equipo apto para sacer el asunto de San Luis. Después se sumaron otras organizaciones y el movimiento se hizo internacional. Se volvió un tema insignia de Amnistía Internacional. Lo tomó primero como algo nacional, luego regional, para varios países de América Latina y ahora es mundial, ya que contiene todos los elementos de violencia que puede vivir una mujer. Incluso fue un tema de campaña en el 2018. El caso de Abril Pérez nos sirve de termómetro para saber a dónde se inclinará el caso de Karla Pontigo. Con Pérez, se incriminó al juez y magistrados que liberaron al presunto culpable. Los acusan de feminicidio en grado de complicidad. Es un avance muy sustantivo si se buscan cambios reales. En general, una autoridad que por omisiones no cumple con sus tareas, provocó que una mujer perdiera la vida. ¿En lo general, el feminicidio se agota hasta que una persona es privada de su existencia? ¿Qué sigue en todos los que lo encubrieron después?. En materia penal, la prueba reina es la indiciaria. Y en el caso de Pontigo hay muchos”.

“Mientras no existan consecuencias, habrá más feminicidios. Con Pontigo existe la oportunidad. Mi madre me preguntó las razones de por qué hay tanta violencia contra las mujeres. Le contesté que existe una sociedad muy injusta, por muchas razones. Una se debe a la responsabilidad del estado y del sector empresarial. En el entorno donde están las fábricas. Los índices más altos se registran en las zonas industriales, según estudios antropológicos de Estados Unidos. Las empresas les pagan muy poco y no contribuyen con un peso para mejorar la seguridad externa, para ayudar a la autoridad. No contribuyen con el alumbrado público, transporte y no pagan impuestos para cubrir la necesidad social que se tiene. En la explotación fabril se genera un clima de alta violencia. Aunque los ingresos sean bajos, hay cierto poder adquisitivo, por lo que prolifera el alcohol y las drogas. La corrupción en las instituciones y los crímenes sanguinarios, están relacionados con el modelo económico y el flujo de droga”.

“Hace poco desapareció en México la joven Karen Espíndola. Su hermano la reportó, ya que no llegó a la casa, después de tomar un taxi. El caso se hizo viral con 27 millones de tuits. Luego se supo que estaba en un bar. Es preferible la unión de la gente a que no llegue. Lo destacable es que la gente se organiza y da resultados. El estado no identifica el nudo y no da soluciones. Hay que ayudarle. No existen estadísticas para sostener en qué estratos sociales son más frecuentes los feminicidios. Cualquier mujer puede ser víctima de un crimen atroz. Pero sí existen diferencias en los tratos que las instituciones le dan a los casos. Se debe a la gran desigualdad económica. Es por lo que simpatizo con los movimientos feministas. Incluso los radicales. No las juzgo, ya que en México, 60 millones de personas no tendrían la chance que tuvo la familia de Pontigo de llegar a la Suprema Corte. Se logró por la ayuda internacional de muchas organizaciones y gente talentosa que lo logró”.

“En la Universidad Nacional Autónoma de México, en el caso de Berlín Valenzuela, las estudiantes se pusieron las pilas. Si se tardan en reaccionar, se las come el sistema. Para revertir un asunto semejante, se requieren millones de pesos. Muchas familias no los tienen. Dijeron que se ahorcó con un cable de teléfono. Y que Mariana Lima se había suicidado. La ciudadanía está alerta, participa. Ya miró avances en San Luis. Lo reconozco con el actual fiscal, Federico Garza, porque la gente participa. Hay que reconstruir o iremos peor. En tiempo real sabemos lo que sucede. Nunca antes lo vivimos”.

 

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