
Gallardo Cardona ya promueve para hacer alcalde de la capital a su cónyuge Ruth González Silva, con el dinero de los potosinos
6 febrero, 20258:16 pmAutor: La Noticia San Luis/ Oralia Guzmán MendozaCapital Destacada Municipios Noticias Opinion
Con la creencia encima de que es dueño absoluto de San Luis y los habitantes son sus vasallos, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, inspirado en el axioma de que en el reino huachichil, sólo sus chicharrones truenan, no obstante la ley anti nepotismo que lo limita y fractura, suicida, habrá de insistir, sin tregua, en dejar como relevo, a su cónyuge, la dos veces senadora y presidenta vitalicia del DIF, Ruth González Silva y como segunda alternativa, a su padre, Ricardo Gallardo Juárez.
No obstante, temeroso, desesperado, abusivo, prepotente, de manera abierta y subrepticia, ya le encontró un nuevo acomodo a su pareja: buscará hacerla alcalde de la capital, con dos propósitos elementales.
Vengarse de la presidenta Claudia Sheinbaum, que imaginó, iba a dejar fuera de la contienda, ahora sí, a la figura que la superó en votos en las últimas elecciones en San Luis.
Y lo más importante, quitarle los 200 mil sufragios con los que se reeligió su enemigo más rebelde, el doctor en gobernanza, el alcalde de la capital, Enrique Galindo Ceballos, quién habrá de impulsar para sucederlo, a la senadora panista, Verónica Rodríguez, ácida tribuna, que cada rato sepulta en la cámara alta, a su virtual contendiente por el preciado cargo, al medir fuerzas en el 2027.
Sobran evidencias de que Gallardo ya hace proselitismo para quedarse con la capital. También lo mueve un ánimo revanchista, reivindicar a su padre, que no pudo repetir en el cargo, ya que lo enterró otro de sus acérrimos detractores, Xavier Nava.
En los recientes comicios, tampoco pudo colar a la ex panista, Sonia Mendoza, que ahora avala sus aberraciones ecológicas, como encargada del medio ambiente.
En la ventajosa agenda, Gallardo se disfraza de mega alcalde de la capital. Peleó rabioso las juntas de mejoras, donde logró quedarse con múltiples nichos. Aunque ironiza a Galindo de sólo barrer y no ejecutar obras de infraestructura, sus alfiles, vestidos con ostensibles chalecos verdes, con las iniciales RG, es decir Ruth González, ahora limpian los parques y jardines, que le competen al ayuntamiento.
No le importa a Gallardo duplicar funciones y realizar dobles gastos, obsesionado en destruir a su contrincante. Oneroso, compró 40 pipas para cargar 20 mil litros cada una y surtir de agua a las colonias donde logró asentarse. Sin embargo, no suelta el negocio.
En cada unidad pudo embolsarse un millón de pesos en ganancias. Para intimidar a sus contrarios, al momento de las elecciones, usó al furibundo ex diputado local, Eloy Franklin, que buscó sin éxito, sabotear las votaciones.
En el 2027, al no usar otra vez a Morena de tapete, con el gobierno central encima, que busca regresarlo a las frías y oscuras mazmorras, a Gallardo se le complicará mantener a flote a su esposa, que competirá en un reducto que domina el PAN.
Será complicado salvar a su padre, mantener bajo su férula a Soledad, su caja chica y epicentro del voraz cacicazgo. No soltar los más de 30 ayuntamientos, ganar Pozos, pisarle el cuello a los diputados locales, someter a los federales, amenazar a la prensa crítica, regentear el elefante blanco o Arena Potosí, no perder un centavo de sus innumerables negocios con la hacienda pública.
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