Gallardo Cardona enturbia la competencia política, al empalmarse con el ayuntamiento en las reforestaciones del parque de Morales, donde se llevará además, una jugosa tajada financiera

24 abril, 20244:20 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Municipios Noticias Opinion

En un despliegue más de prepotencia y envidia política, en su papel de mega alcalde de la entidad, el contratista más boyante de San Luis, Ricardo Gallardo Cardona, conflictivo, puntilloso, para enturbiar el clima político previo a las elecciones, aunque le corresponde al ayuntamiento de la capital, que encabeza el doctor en gobernanza, Enrique Galindo, arreglar los parques y jardines, malicioso, se mete a estorbar, como lo hizo antes en avenida Himno Nacional, Fray Diego de la Magdalena, avenida Industrias y otras arterias que no le competen, sólo para confrontar a su principal adversario que busca reelegirse, con opciones de triunfo. En el preámbulo del 100 aniversario del parque de Morales, el equipo de Galindo empezó a reforestar el parque de Morales, donde se plantarán 550 árboles endémicos. Se suman a los más de 4 mil del vital pulmón de la urbe. En las labores ecológicas participan además, voluntarios, empresas y asociaciones civiles como Pro Forestal. El DIF municipal, a través de sus instancias Puerta Violeta y Bienestar Animal, dio atenciones médicas gratuitas.


El parque de Morales fue donde Galindo inició su campaña para repetir tres años más. Juntó a más de 5 mil seguidores. Contó con el respaldo de las dirigencias nacionales del PRI, PAN y PRD, que se estima, le aportarán más de 100 mil votos. La algarabía familiar provocó el enojo de Gallardo, que a los tres días, anunció, con las vísceras por delante, gastar 100 millones de pesos para repetir el esquema comercial de los parques Tangamanga, que le ha rendido pingues ganancias. Habla de más reforestaciones, crear un área para perros y niños. Permanecerá abierto hasta muy noche. En tales acciones, se gastó antes más de 100 millones de pesos, cuando los costos no superan los 5. No se descarta, trate de poner las horrendas estructuras de fierro, que fabrica en talleres de herrería que creó exprofeso, lo que puede generar furiosas propuestas de los pacíficos parroquianos, que lo repudian. Puede morder otra vez el polvo, como sucedió en San Miguelito. Para vengarse de la gente que lo sometió al imperio de la ley, los dejará abandonados en un chiquero, lo que resta del catastrófico sexenio.
El ambientalista y jurisconsulto, Luis González Lozano, quien a través de múltiples amparos, ha frenado la prepotencia de Gallardo, lo ha calificado como un auténtico depredador, enemigo de la naturaleza. No le importa que los potosinos respiren veneno todos los días, al no garantizar las medidas preventivas mínimas, con la infraestructura que hace falta para monitorear la calidad de las emisiones en industrias y ladrilleras, que contaminan de manera salvaje la atmósfera. Más con el propósito de echar pleito, enturbiar el contexto comicial, Gallardo amenazó con sembrar pasto en el histórico alveolo. Aunque en el Tangamanag uno taló de manera clandestina cientos de árboles, cuyo destino se ignora, ahora maneja sembrar más plantas, hacer un gimnasio y rehabilitar el lago. Es parte de su estrategia injerencista, de quitarle el manejo de los parques y jardines al ayuntamiento. Le pondrá luminarias chafas, que rápido se funden, como las que instaló en el bulevar Rocha Cordero, que bautizó como Circuito Potosí y en el bulevar Rioverde-Ciudad Fernández, que cotizó en más de 100 millones de pesos, cuando su valor real no supera los 10.
Si alguno de los contendientes para diputados locales de todos los partidos políticos, plantea a sus votantes, que impulsará una iniciativa para delimitar las acciones de Gallardo, con el objetivo de que no lastime más a los ciudadanos ni al ayuntamiento, reducir sus excesos y abusos, evitar que se amontone con el munícipe en funciones, sólo por el gusto de pisotearlo, ganará con mayoría de sufragios. Por lo pronto, ya sin Galindo en el escenario, pues hace labores de proselitismo, Gallardo aprovecha para ejecutar obras infladas y sin concurso en todas las colonias de la capital. Lo mueven dos propósitos: llenarse los bolsillos con dinero público y hacer abierta campaña por la ajena candidata a la alcaldía, Sonia Mendoza. Su cónyuge que busca llegar al senado, Ruth González y los inscritos para alcanzar una curul local y federal.

Comments

comments

Comments

comments