Ecocida, enemigo de la naturaleza, talador inhumano de árboles, ajeno al aire envenenado que respiran los potosinos de la capital, incapaz de elaborar una “agenda verde”, furtivo, de espaldas a la ciudadanía y las mismas ligas deportivas, nulo concurso público, con el negocio por delante que le dejará varios millones de pesos de ganancias ilícitas, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, sin incluirlo en el presupuesto de egresos del 2025, unilateral, se alista para hacer un estadio de beisbol infantil, en pleno corazón del parque Tangamanga uno, donde se ubicó por décadas, la cancha deportiva infantil, Manuel de la Garza Hernández, que sirvió para ejercitarse y convivir a miles de potosinos de todas las edades, que acudían los fines de semana a jugar… fútbol.

Ahora el espacio fue invadido con varias decenas de máquinas excavadoras que levantaron el pasto, destruyeron los baños públicos y las casetas donde se resguardaban los ocasionales equipos de beis, de adultos, que llegaron a usar las instalaciones. En un primer zarpazo, Gallardo le invirtió más de 500 millones de pesos a los dos grandes áreas verdes, donde sobresalen horrendos armatostes de pailería, un símbolo de su malogrado desempeño. En el parque uno, destruyó un vaso natural de agua, que se llenaba con las lluvias y servía para el riego de las plantas y césped durante la temporada de estiaje. La reciente crisis hídrica en la capital, desató en la zona tolvaneras de polvo y desesperanza. En el sitio, el promotor número de espectáculos musicales, levantó el llamado Teatro de la Ciudad, que mantiene en el abandono, igual el que se encuentra en el uno. Se compite a sí mismo con la mega cantina de la Feria Nacional Potosina, palenque y el elefante blanco o Arena Potosí, donde obtiene pingues ganancias.

Los demás son gratuitos, contraviene su perfil de mercachifle irredento. Empecinado en llenar de concreto y hacer viles negocios con las escasas reservas territoriales de los potosinos, Gallardo Cardona se alista para ejecutar otra de sus magnas y lesivas ocurrencias, ya que no hay fuerza humana y legal que lo detenga. Los trabajadores consultados sobre el tema, afirman que va a depredar al menos, 4 hectáreas de la zona, llenas de árboles y pasto, que ya liquidó con los pesados equipos. En la zona se concentran tres pequeñas canchas que siempre las familias usaron para jugar fútbol cada semana. Serán rellenadas de piedras y escombro. También destrozó la cancha de fútbol americano.

Ojalá no la quiera usar de estacionamiento para el torneo mundial de beisbol, que antes alardeó, lo haría en el vilipendiado mega rodeo. Además, ya existe exprofeso, el estadio 20 de noviembre, que también usa para conciertos masivos, cuyos ingresos se embolsa impune. En los delirios caciquiles de parecerse al creador del enorme pulmón de oxígeno, Carlos Jonguitud, el peligroso imitador busca pasar a la historia como su relevo ideológico. Ignora que sólo consigue animadversiones.

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