El puente atirantado de Monterrey o de La Unidad, en nada se parece al adefesio que se le ocurrió a Gallardo Cardona en Quintas de la Hacienda

31 marzo, 20234:01 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Destacada Noticias

Algunos datos sobre un auténtico puente atirantado o de La Unidad, construido en el 2003 en Monterrey, Nuevo León, que en nada se parece al adefesio que hizo, sin concurso público, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona. Tiene una longitud de 304 metros. Lo diseñó el arquitecto Óscar Bulnes. Lo ejecutó el contratista Daniel Tesin. Alcanza la altura de 134 metros a partir de la torre. El ancho es de 28 a 34 metros. Utilizaron un millón de planos. Ocuparon 20 ingenieros de manera constante. Es un ícono de la ingeniería a nivel internacional. Los cables que lo sostienen, cumplen una tarea esencial. El que se le ocurrió a Gallardo, usa los gigantes mosquiteros, anti estéticos, tan sólo signo de la barbarie y la prepotencia desmedida.Es el primer puente de concreto blanco del país. Se colaron de 200 a 300 metros cúbicos de concreto blanco en un solo acto. Lo colaron enl verano, en la noche.

Usaron 4 mil 500 metros cúbicos de concreto, puestos en un solo acto, en 22 horas. Los torones del atirantado incluyen cuatro grados de protecciones. Tiene un periodo de vida de mil años, garantizados. Contrataron un promedio de 300 trabajadores. Hubo 20 ingenieros de tiempo completo.Usaron más de un millón de planos. Terminaron la obra sin accidentes graves. Usaron tecnologías de punta, garantizan la seguridad de quienes lo transitan a diario.El Puente Viaducto de la Unidad, es una respuesta integral que aporta múltiples soluciones, al interconectar de manera directa, el bulevar Rogelio Cantú Gómez, en Monterrey, con la avenida Humberto Lobo, en el municipio de San Pedro Garza García. El puente de alta tecnología, cruza el río Santa Catarina. Forma parte de un proyecto vial que integra 17 obras. Entre las más significativas, destacan los viaductos elevado e inferior, cinco pasos a desnivel, la meseta de interconexión, las dos gasas de incorporación y el puente atirantado, el que por su importancia y valor estético, en sólo pocos meses, se convirtió en uno de los símbolos que identifican a Monterrey.

El Puente de la Unidad está formado por dos estructuras fáciles de identificar: el mástil o pilón y el puente o viaducto. Las cimentaciones del mástil se desplantan en las márgenes del río, en un suelo de boleo, al que después de compactarlo, se le preparó con inyecciones de lechadas de cemento y una plantilla de concreto ciclópeo, antes de colocar el acero de refuerzo de la zapata única que sirve de apoyo al mástil. La zapata de concreto armado y postensado, responde a un sector trapezoidal de tres a cinco metros de alto, 20 a 30 metros de ancho y 80 metros de largo. El volumen de concreto para hacer el colado, ascendió a 8 mil metros cúbicos, de 300 kilogramos por centímetros cuadrados. Los colocaron en tres etapas. La primera de mil 500 metros cúbicos. La segunda de 2 mil metros cúbicos y la tercera con 4 mil 500 metros cúbicos.El mástil sobre el que recae la estética de la obra vial, se realizó en concreto blanco, con agregado de mármol. Tiene 150 metros de altura, desde su base, con una inclinación de 60 grados hacia el lado sur y se desplanta de la zapata sobre una sección base de 15 metros de ancho por 8 metros de largo, que se reduce según la altura. El tramo curvo inicia a partir del tercer nivel hasta el 19 y el tramo recto del 20 al 35. Entre el cuarto y el sexto nivel, se encuentra el primer mirador conocido como “El Solâ€.

En cúspide se diseñó otro de dimensiones más pequeñas.En el lado norte del mástil, se colocaron 13 pares de tirantes, a cada ocho metros, los cuales soportan el claro principal. Los tirantes están formados por un conjunto de cables o torones, de 15.7 milímetros de diámetro cada uno, compuestos por siete hilos de acero galvanizado, trenzados entre sí. Para protegerlos contra la corrosión, se cuenta con cuatro niveles, el galvanizado, la cera petrolera que recubre cada hilo de acero del torón, el recubrimiento de polietileno y la vaina en la que se encapsula el haz de torones. Para colocar los tirantes, se utilizó el sistema SSI 2000, que pertenece a la empresa de origen francés VSL. Entre otras ventajas, permite sustituir cualquier torón, en el remoto caso de ser necesario, sin alterar el funcionamiento del puente.El isaje de las vainas comenzó en el extremo superior del pilón, donde se sujetó cada uno de los cables en su anclaje correspondiente. La misma operación se efectuó en la parte inferior, en la trabe de borde del tablero del puente, donde se encuentra la otra conexión. Luego se procedió a un tensado inicial de 30% de los especificados en el proyecto. Se hizo un primer verificado, para después pasar a un segundo tensado, tras lo cual se midió la prolongación del proyecto. Una vez colocados todos los tirantes, se efectuó un ajuste final.

El número de cables o torones varía de acuerdo con su postura, el más corto tiene 82, que se reducen en número hasta llegar al tirante 13, el cual cuenta con 62 cables. Por último, en el área posterior al mástil, se ubicaron dos tirantes más, que anclados a un bloque de concreto de 700 toneladas, actúan como contrapeso de la estructura del puente.El puente está compuesto por tres claros principales: el de transición, de 108 metros, que a su vez se subdivide en tres tramos e inicia en la calle Humberto Lobo hasta el mástil, donde empieza con 21 metros de ancho, que llegan hasta los 51 metros en el mástil. El segundo ,es el claro principal y mide 185.6 metros, integrado por un primer tramo de 31 metros y 13 tramos de 12 metros cada uno, correspondientes a los 13 pares de tirantes, más un tramo extremo hasta el apoyo intermedio. El tercer claro, de 49 metros es el final y sirve para conectarse con el viaducto. El tablero se construyó con dos frentes lanzados y una estructura metálica provisional.

Se continuó con el habilitado y armado de las vigas de borde, donde se introdujo el tubo guía que recibió los cables de los tirantes. Después se montaron las estructuras metálicas transversales espaciadas a cada seis metros y las longitudinales, para continuar con el colado del segmento correspondiente de las vigas de borde en ambos lados. Una vez coladas las vigas de borde, se esperó a tener 75% de la resistencia del concreto para el tensado inicial y colocar las ocho losas precoladas, proceso que tomó unos dos días, mientras, se instalaron los cables. Después se procedió al tensado final y colocar el resto de las losas. El procedimiento ocupó cerca de 6 días para cada segmento de 12 metros. Sin duda, se trató de una obra polémica, que se completó en un año y tres meses. Pero establece un parteaguas en la historia de los puentes urbanos en el país.

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