El objetivo oculto: quedarse con el Interapas

28 diciembre, 202212:58 amAutor: Elida Mendoza VillanuevaCapital Destacada Noticias

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona busca apoderarse del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, Interapas, que abarca la capital, Soledad y Cerro de San Pedro, un jugoso botín económico y político que le dejará ganancias millonarias y boletas electorales incuantificables. El plan se trazó desde el 2009, cuando su padre, Ricardo Gallardo Juárez, ganó la presidencia municipal de Soledad. A 13 anos de distancia, con el mando absoluto en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, el propósito está por cristalizarse.

La punta de lanza es la campaña para desincorporar a Soledad del Interapas, que durante 9 años le sirvió a la dupla como una caja chica con grandes remanentes e instrumento de control político. Al mes obtuvieron ingresos entre 9 y 10 millones de pesos. Crearon una gran estructura humana a la que manipuló con el agua, para obtener el voto corporativo, por los años que se les antoje, para perpetuarse en la alcaldía del municipio conurbado. También lo aprovecharon en el 2021, para ganarle la gubernatura al ex senador panista, Octavio Pedroza Gaitán.

La iniciativa dio un giro completo cuando Gallardo Cardona asumió el mando. Ahora quiere completo todo el ente. Lo dijo en público: “que se pongan a trabajar los cabrones. Y de no tener respuesta, el estado administrará el organismo”, manifestó el 10 de mayo en el festejo a las madres. Informó hacer lo necesario para garantizar el consumo a todas las familias. “Les vamos a quitar el organismo para darle agua a la gente”.

La propuesta del ayuntamiento de la capital, de incrementar un 24% las tarifas, fue el detonante para que Gallardo dejara al descubierto sus intenciones de controlar el Interapas. Ordenó a los diputados, rechazar la propuesta. Pidió al alcalde Francisco Enrique Galindo Ceballos, destituir al director del organismo, Enrique Torres López, por traicionar al pueblo. No tener madre por solicitar el incremento. Advirtió al munícipe que de no hacerlo, será cómplice.

El edil declaró que no ha decidido si su colaborador se irá. Sin embargo, la salida es inminente. Galindo no aguantará las presiones del mandatario. “No es tiempo de guerra”, divulgan sus ayudantes. Torres dijo en corto: “no me voy si tengo el apoyo necesario”, después del encuentro con el comité del agua del congreso, donde fue dilapidado por los solados del gobernador y sus aliados del PRI y Morena, Alejandro Leal Tovías y Antonio Lorca.

Gallardo le echó encima a Torres la caballería. La presidenta de Soledad, Leonor Noyola Cervantes, advirtió que ya terminó la propuesta para independizarse, pues es más redituable y benéfico para la ciudadanía. La enviará pronto al congreso. Rechazó el aumento de la tarifa. El presidente de la junta de coordinación política del congreso, José Luis Fernández Martínez, declaró que no aprobarán la nueva cuota. Señaló que el Interapas debe desaparecer y buscar otra manera de brindar el servicio. La presidenta de la cartera del agua, Dolores Elisa Román García, sostuvo que el ayuntamiento tiene la capacidad financiera, humana y administrativa para hacerse cargo de las 105 mil tomas.

Gallardo engañó a Galindo cuando en la toma de protesta, le tendió la mano para resolver el desbasto de agua y resucitar al Interapas. “Buscaremos el método y recursos para que el organismo vuelva a vivir y otorgar servicios a toda la comunidad”. El cisma lo generó Gallardo en el 2018, durante su campaña para diputado federal. Lo secundó su alfil, el entonces alcalde de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte, cuando buscó reelegirse. Al presentar su modelo de gobierno en las colonias Las Cruces, Puerta Real, La Virgen y el Polvorín, sostuvo que “resulta impostergable, se genere un cambio en cuanto al manejo del agua.

Existe el conocimiento suficiente para asumir la tarea. Demostrar el alto nivel de eficacia, comparado con lo que se hace en la zona metropolitana, motivo por el cual promoveré y respaldaré la iniciativa de Ricardo Gallardo Cardona para desincorporar al ayuntamiento del Interapas”. Habló de poner un freno a los abusos y cuotas injustificadas, “de la mano con nuestro candidato a diputado federal, artífice de la iniciativa”.

Hernández Villafuerte aceleró el propósito, pero su homólogo Xavier Nava, lo frenó. Les cerró la mina de oro durante tres años. Gallardo, lleno de coraje, inició una campaña contra el Interapas, al que llamó ineficiente. Hacer cobros excesivos. No dotar de agua a las colonias periféricas. Ofreció asesorías a los usuarios si los recibos de cobro sumaban 10 mil pesos. Encabezó la cruzada para manejarse por su cuenta. Le ordenó a su pelele, Hernández Villafuerte, no pagar al organismo más de 18 millones de pesos que adeuda, correspondientes al trienio 2015-2018. Cuando su padre, Ricardo Gallardo Juárez, fue edil de San Luis, con el pretexto de desincorporarse, le ordenó no cubrir el segundo trienio. Inició una campaña para que los usuarios tampoco saldaran el consumo. Ahora adeudan 300 millones de pesos, denunció Torres López.

Soledad es solo el comienzo para que el Interapas pase a manos del estado o iniciativa privada, donde Gallardo Cardona tenga el control económico y político. La señal más clara la envió el 8 de agosto del 2022, ya como gobernador. Adelantó que está preparado para respaldar con 60 millones de pesos a Soledad, con el objetivo de que tenga un organismo independiente. El 27 de octubre, Leonor Noyola declaró que sigue vigente el proyecto de manejarse en forma autónoma. Antes de que concluya el año, el cabildo aprobará el documento, que turnará al congreso. Los Gallardo, durante 9 años, tuvieron bajo su mando, la delegación de Soledad y Cerro de San Pedro a través de sus peones, Luis Fernando Gámez Macías y José Luis Castro Castillo, hoy ambos funcionarios. Uno es director de la Comisión Estatal del Agua y otro director del Instituto Estatal de Educación para los Adultos.

Cuando en el 2009 Gallardo Juárez ganó la alcaldía de Soledad, nombró delegado a Castro Castillo. En el 2012, el hijo lo hizo director de educación municipal. Tuvo como delegado del Interapas a Gámez Macías, que con el papá, se desempeñó como coordinador de la unidad de transparencia y jefe del departamento de la oficialía de partes. Gámez acrecentó el negocio del agua, perforo 11 pozos y dejó en proceso cuatro más, rehabilitó más 2.5 kilómetros de la red hidráulica. Creó la estructura para controlar desde adentro el organismo. Constituyó los comités del agua que alcanzaron más del 90% de las de 260 colonias y asentamientos del municipio. Renunció en febrero del 2012, después de que su jefe, Gallardo Cardona, fuera detenido y enviado al penal de Hermosillo, por desviar más de 200 millones de pesos.

En el 2015, el dúo mantuvo el manejo del ayuntamiento con Hernández Villafuerte. Ubican a Gámez Macías como regidor de mayoría, que tiene de suplente a Castro. Gallardo Juárez ganó la alcaldía de la capital. Nombró como titular del Interapas, al ex director de la Junta Estatal de Caminos, Fermín Purata, quien renunció cuatro meses después, por los manejos arbitrarios que notó. Castro siguió como delegado de Soledad. Luego lo cambian por el jefe del departamento administrativo, Julio Patiño Morales. Castro asume la regiduría que le dejó Macías, quien buscó la curul local por el PRD en el décimo distrito, con cabecera en Rioverde, que perdió ante el abanderado del PRI, Óscar Bautista Villegas.

Castro regresó como delegado de Interapas, en lugar de Patiño. Para saquear el erario, Gallardo Juárez nombró como director de Interapas a Alfredo Zúñiga Hervert. El director de finanzas fue Mario Alberto Ibarra Guerrero. El contralor, Jesús Salvador González Martínez, que repitieron el esquema usado en Soledad, como el uso de empresas fantasmas y simular servicios para sustraer recursos públicos. Desvió 300 millones de pesos para acrecentar su fortuna. Asignó la obra pública sin concursar.

Entregó contratos de servicios médicos con sobre precios del 335% al Grupo Axioma Kusuri, al que otorgó 249 millones de pesos. Servicio que nunca prestó por su incapacidad técnica y financiera. Los socios mayoritarios son Juan Carlos Negrete Ayala y Juan Carlos Jiménez Rivera, hoy director de planeación de la

secretaría de salud. Gallardo firmó un convenio por 10 millones de pesos con la empresa Readsa Maquinados y Maquilados, que desarrolla implementos agrícolas, para recuperar la cartera vencida.

Canceló el proyecto de Mejora Integral de Gestión, que consistía en modernizar y ampliar la infraestructura hidráulica en la capital potosina y zona conurbada. Buscó resolver de fondo el problema de abasto, no habría más fugas e iba a acabar con las conexiones clandestinas. Gastó mil 200 millones de pesos. El gobierno federal aportó 400 millones a través de Banobras, que después el ayuntamiento tuvo que devolver. Los trabajos se concursaron, ganó la firma Fypasa, que demandó por no cumplir el contrato. Gallardo se zafó porque no tendría el manejo arbitrario de los fondos, que se manejaron a través de un fideicomiso.

Bajo el mando de Gallardo Juárez, el Interapas no le cobró el consumo de agua al ayuntamiento de Soledad. Tampoco requirió a fraccionadores, industriales y comerciantes por usar tomas clandestinas. Impuso como contralor interno a Salvador González Martínez, al que antes tuvo de tesorero. Ahora es secretario de finanzas. Gallardo controló sin restricciones, los convenios de obra pública, suministro de agua en pipas, compra de cloro, aluminio granulado, hipoclorito de calcio, seguros de los vehículos. Construyó la delegación del Interapas en Soledad, en terrenos que le pertenecen a través de prestanombres.

En julio del 2018, perdió las elecciones para reelegirse ante Xavier Nava Palacios, con lo que extravió su coto financiero y político. Puso como director del Interapas a Fermín Purata, que salió confrontado con Gallardo. Hernández Villafuerte repite en el ayuntamiento. Mantiene a Luis Fernando Gámez Macías como director de fomento económico y después titular de Desarrollo Urbano y Obras Públicas. A José Luis Castro Castillo lo hace delegado del organismo. En la primera sesión ordinaria del Interapas, le pidió a Nava y Purata, lo ratifiquen, ya que conoce del tema. Y respeten la plantilla de trabajadores. Pero eligen a la feroz litigante, Natalia Castillo Vera.

El golpe irritó a Gallardo. En represalia, el edil anunció la ruptura con el Interapas. A la embestida se sumó el entonces diputado federal, Gallardo Cardona. Inició una campaña para denunciar cobros excesivos en el servicio. Nava se mantuvo firme y exhibió los latrocinios del binomio. Hernández adelantó que se iban a separar para tener un organismo operador con recursos propios. No era una ocurrencia. Fue una propuesta que surgió en la campaña para reelegirse. Les costaría 20 millones rehabilitar la infraestructura. Calificó el nombramiento de Castillo como un pago político. Sostuvo que ante la inoperancia, conviene más ser independientes.

Castillo Vera enfrentó a Gallardo Cardona en una guerra desigual, en la que estuvo a punto de perder la vida y su hija ser secuestrada. Lo puso contra la pared casi dos años. Documentó que Soledad no pagaba el agua al organismo, que debía más de 18 millones de pesos desde el 2015. Los recursos de los usuarios, no llegaban a las cuentas del organismo. Surtían gratis 50 purificadoras, más cientos de anomalías.

Hernández Villafuerte, junto con la policía municipal, algunos funcionarios y seguidores de Gallardo, intentaron desalojar a Castillo de la dependencia, el mismo día que asumió el cargo. “Venimos a sacarla porque no son oficinas del municipio de la capital”. A través de un boletín, rechazó el nombramiento, que calificó de unilateral y anuncio que se iban a desincorporar. Una horda de mujeres no dejó entrar a la policía metropolitana. Golpearon en la cara a Castillo. Una le roció un bote de gasolina con intenciones de prenderle fuego. Le espetó a Hernández y la entonces senadora, Leonor Noyola Cervantes, que le dijeran a Gallardo, no se iba a rendir.

Los rijosos también golpearon al escolta de Castillo, que fue a parar al hospital. La funcionaria pidió ayuda al director de seguridad pública de la capital, Edgardo Jiménez Arcadia, que la rescató. Al día siguiente, convocó a una conferencia de prensa para informar que interpondría una denuncia ante la fiscalía del estado, contra 10 servidores públicos del ayuntamiento de Soledad, 7 de primer nivel y personal

secundario, por daños al patrimonio del organismo, lesiones, abusos y agresiones. El grupo que antes la atacó, volvió a irrumpir. Hubo golpes y jaloneos. Dos mujeres intentaron secuestrar a su hija en el colegio, al mostrar una credencial del guardaespaldas lesionado, que tenía permiso para trasladarla. La directora de la escuela la alertó del cambio. Le dijo que no la dejara salir. Cortó la conferencia y salió en su búsqueda. Informó del intento de rapto a Jiménez Arcadia. Las transgresoras alcanzaron a huir en un camión urbano.

Purata respaldó a Castillo, la mantuvo en el cargo. Señaló que contaba también con el apoyo del alcalde, para que realizara las medidas legales que fueran necesarias por la violenta protesta. Nava informó a la Auditoria Superior del Estado, que durante la entrega y recepción del Interapas, detectó más de mil 600 observaciones. Hubo excesos y contratos ilegales. El organismo presentó denuncias penales por fraude, peculado, asociación delictuosa, daño patrimonial, desfalco, uso indebido del ejercicio público y corruptelas contra Gallardo Juárez y el ex director, Alfredo Zúñiga Hervert. El responsable del área de finanzas, Mario Alberto Ibarra Guerrero. El contralor, Salvador González Martínez. Incluyeron al Grupo Axioma Kusuri. Exigió, restituyeran el daño e inhabilitar a los responsables.

Con el apoyo de Purata y Nava, Castillo se metió a fondo. Implementó trabajo de campo, revisó cada inmueble. Detectó que muchos líderes, regidores y funcionarios, no pagaban el agua. En el sistema del organismo, tenían suspendido el servicio, pero captaban líquido. Desde que Gallardo Juárez fue alcalde de la capital y presidente de la junta de Interapas, del 2015 al 2018, el ayuntamiento de Soledad no pagó agua, drenaje y saneamiento al organismo. Había 900 tomas clandestinas, de las cuales, más de 60 corresponden al ayuntamiento que administraba Gilberto Hernández. Cientos de fraccionamientos irregulares, más de 20, propiedad de Gallardo, que no pagaba un solo peso al Interapas, pero tenía agua y drenaje.

Entre los inmuebles del ayuntamiento que no cubren las cuotas, se ubican centros deportivos, oficinas del registro civil, 50 purificadoras, que no regalan el agua, ya que cobran por envase, dos y tres pesos. Castillo requirió por escrito a Hernández Villafuerte, para que saldara la deuda. Nunca atendió la solicitud. Ante la negativa, le empezó a quitar las purificadoras, ya que no tenían contrato comercial y otras no cubren lo que consumen. No poseen el permiso para operar de la Comisión Federal para Prevenir los Riesgos Sanitarios, que nunca las revisó. También se surten con pipas que llenan en un pozo clandestino, que Castillo intentó cerrar sin éxito.

Después inició una intensa campaña de cobro a morosos, le cortó el servicio a quienes se negaron cubrir la deuda. Dotó al personal de uniformes, botas, cascos y herramientas, que por muchos años no recibían, re categorizó los sueldos de los empleados. Liquidó a la mayoría de los operadores de Gallardo. Requirió por escrito a Hernández Villafuerte para regularizar el débito del ayuntamiento del período 2015-2018. El munícipe nombró al director de infraestructura, Rubén Alejandro Gutiérrez Almazán, para que sirviera de enlace, pero jamás saldó lo pendiente.

Castillo cambió las oficinas del organismo a la planta baja de un edificio que se ubica en el Acceso Norte, en los límites de Soledad y San Luis. La oficina anterior estaba en una plaza que se ubica en la esquina de Blas Escontría y Cruz Verde, que pertenece a Gallardo Cardona, pero la puso a nombre de uno de sus sirvientes. El inmueble tiene contrato a nombre del Interpas, pero no paga el agua. Es un negocio redondo.

Le cortó el agua al salón Villita, propiedad de la hermana, Candy Aracely Gallardo Cardona. Tenía una toma clandestina. Lo mismo sucede con la plaza, que cuenta con dos líneas ocultas. Corrió al hijo del ex jefe policiaco, Mauricio Ordaz, hoy director de protección civil del estatal. Tenía el puesto de subdelegado. Es trabajador de Gallardo en uno de sus ranchos. Usaba la mejor camioneta del organismo. Castillo lo mandó llamar para aclarar dudas. Le dijo que no la reconocía como su jefa. También servían de caporales, los que integraban el departamento de infraestructura.

Gallardo siempre se mantuvo obstinado. Otra prueba para no perder su coto y no dejar pasar la propuesta del incremento a la tarifa, que usó para agandallarse el Interapas, fue la presa del Realito. Se niega a sancionar a los manejadores, que dejaron más de 20 veces al organismo sin agua, por rupturas en el canal de distribución. Si busca zafarse de la capital, Soledad tiene que saldar las deudas que prevalecen con el organismo, que se creó con dinero del Banco Mundial, con injerencia en los cambios que surjan. Al órgano lo integran tres municipios, que deben estar de acuerdo. Además, es una delegación recaudadora. No tiene recursos propios.

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