De un navismo agotado no surgirá la rebelión
29 junio, 20215:00 pmAutor: Ãngel Castillo TorresCapital Noticias
El movimiento navista fue protagonista principal de un tramo de nuestra historia polÃtica en la que se luchó por alcanzar la democracia en México (1958-1990). El lÃder de este movimiento, el doctor Salvador Nava MartÃnez es reconocido como uno de los parteros del nacimiento de nuestra transición a la democracia. Héroe ciudadano que derrotó polÃticamente al autoritarismo de aquella época. El galeno hizo posible que desde la sociedad civil la democracia mexicana diera un salto cuántico al conseguir que el gobierno perdiera el control de las elecciones que monopolizaba desde la SecretarÃa de Gobernación. A Nava le debemos la ciudadanización de las elecciones y el surgimiento de una institucionalidad electoral democrática que hoy hace posible que el voto cuente y se cuente, que las elecciones tengan un árbitro neutral, gocen de credibilidad y que la disputa electoral no sea un germen de ingobernabilidad.
Pero luego de la muerte del caudillo que ocurrió el 18 de mayo de 1992 el navismo inició una lenta agonÃa. Poco a poco el empuje de esta insurgencia ciudadana fue perdiendo influencia y solamente algunos de sus lÃderes más connotados lograron mantener en alto sus banderas, entre ellos Guillermo Pizzuto, Eduardo MartÃnez Benavente y Leonel Serrato. Otro número importante de navistas fue asimilado por el sistema polÃtico de aquellos tiempos que dominaba el PRI y aceptaron ingresar a la nómina de gobierno o gozar de privilegios en instituciones académicas o como becarios. Algunos de los hijos del doctor Nava tuvieron la habilidad de sacar provecho de la herencia polÃtica de su progenitor y desde organizaciones de la sociedad civil labraron un futuro polÃtico y alcanzaron un modo de vida que les resolvió los apremios económicos. A través del Frente CÃvico Potosino, del Movimiento Ciudadano por la Democracia, de Mujeres en Lucha por la Democracia y de la Escuela de Capacitación CÃvica, los hijos y la familia polÃtica del doctor Salvador Nava MartÃnez se vieron beneficiados por aportaciones del gobierno y de organizaciones internacionales (principalmente de los Estados Unidos) que patrocinaban sus actividades. Años después aparece en escena el cachorro del navismo: Xavier Nava Palacios, quien explotando las relaciones polÃticas que en vida hizo su abuelo se vinculó con lÃderes nacionales del PRD (en particular con Cuauhtémoc Cárdenas y el grupo de Los Galileos (tribu perredista) emprendiendo con su apoyo el sueño de llegar a la gubernatura del estado. La historia de cómo Xavier Nava intento alcanzar esta utopÃa es bastante conocida pero podrÃa resumirse en esa consigna que Nicolás Maquiavelo dejo plasmada en El PrÃncipe: “El fin justifica los mediosâ€. Oportunismo, traiciones e incongruencias fueron utilizadas por Xavier para alcanzar sus sueños de opio. Pero esta aspiración de grandeza terminó en tragedia. Xavier Nava fracasó en su intento de alcanzar la gloria. Perdió la oportunidad de obtener la candidatura a la gubernatura con las siglas del PAN porque en las elecciones primarias Octavio Pedroza resultó triunfador. Posteriormente y en un lance desesperado e ingrato Xavier intento reelegirse como alcalde –ahora por Morena- obteniendo como resultado un vergonzoso tercer lugar. Humillado, con la cola entre las piernas y acongojado por una huella de dolor producto de sus derrotas buscó protegerse de vendettas de sus enemigos haciéndose elegir como dirigente del Frente CÃvico Potosino, pensando que tal vez estarÃa destinado a repetir las hazañas del abuelo. Sólo que Xavier Nava no es ni la sombra de ese matador de dragones que fue el legendario luchador social.
Pero, ¿por qué el proyecto de resucitar de entre los muertos al navismo está condenado a fracasar? El diagnóstico más certero lo ha hecho Leonel Serrato, uno de los auténticos herederos del navismo.
Con la contundencia de su “pico de oro†ha dicho el famoso tribuno que hoy el navismo es un club de nostálgicos. Un estamento geriátrico en extinción ya que “El navismo de alta influencia popular terminó cuando el doctor Nava murió, y esto que estamos viendo hoy solo es un estertor lastimeroâ€.
Los que hoy ondean en todo lo alto la bandera del navismo para llamar a la rebelión y a la resistencia civil son sólo regentes oportunistas del apellido Nava: “son de pura pose y de puro cafecito y desplegadosâ€. (Leonel Serrato dixit).
Alguien con un poco de cordura deberÃa decirles a las viudas del navismo que ya están peregrinando desde hace tiempo en los oscuros pasillos del inframundo.
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