Las juanitas potosinas

15 febrero, 20218:51 pmAutor: Francisco Parra BarbosaCapital Opinion

En el 2009 en Iztapalapa, una delegación del Distrito Federal, a un individuo de nombre Rafael Acosta Ángeles, apodado Juanito, se le pidió postular para que una vez que ganara, renunciara a favor de otra candidata de nombre Clara Brugada. El tipo sin voluntad y obediente lo hizo, fue usado como papel higiénico. Sin dignidad ni conciencia, se le manipuló, usó y desechó. A partir de entonces el mote se comenzó aplicar también a las mujeres postuladas a puestos de elección popular, para cumplir con la cuota de género, sólo para aparentar que los partidos son «muy respetuosos de la ley», y que «impulsan a las mujeres».

Se les llama Las Juanitas a las mujeres-objeto que se dejan usar y luego desechar. «Úsese y tírese», parecería ser la etiqueta que las distingue. Los varones inmersos en la política, las utilizan para hacer de las suyas, simular que se cumple con la paridad de género, con las cuotas y la equidad en la repartición de candidaturas. Mujeres a las que luego de la elección y una vez que obtienen los votos necesarios y triunfan, se les exige que renuncien, dejen el puesto, se hagan a un lado para que entonces el suplente asuma el cargo. Y resulta que es el marido, un hermano o un hombre, titular de un partido político, un recomendado o favorito del cerrado grupo compacto.

Es decir, a las Juanitas o «Mulitas» como se les llama a las mujeres que el narco usa para trasladar la droga, pero que en política son las Juanitas, se les encarga hacer el trabajo sucio y al final un macho es el ganón de la talacha. Se elige a mujeres físicamente atractivas o que le reditúen al partido una imagen positiva, aunque todo sea apariencia, porque el objetivo es ganar y luego desechar. Wikipedia lo describe. «Las Juanitas es el nombre dado en México a un fenómeno político en el que los partidos o asociaciones políticas nominan candidatas de género femenino a puestos públicos de elección popular con el objetivo oculto adicional de hacer que la candidata se haga reemplazar con un suplente (varón) predispuesto por el mismo partido”.

Es como no se viola la letra de la cuota de género que marca el reglamento electoral en México. El concepto cobró vida a raíz de los casos de renuncias en serie ocurridas en la política mexicana en el 2009. Antecedentes. Renuncias de la LXI legislatura. Lista de las Juanitas originales y suplentes. Es decir, hecha la ley, hecha la trampa, para simular que las mujeres ya tienen acceso a la política y los cargos de elección popular. Aunque a fin de cuentas, los hombres son los que acaban por agandallar las candidaturas, los cargos y manteniendo el monopolio del poder, discriminando a las mujeres, usándolas para hacerlas a un lado.

En los días actuales, en Morena, en San luis Potosí, se aplica la medida. O sea, para que el palo apriete, debe ser de la misma cuña. Fue por lo que el 18 de enero se reabrió una segunda e ilegal convocatoria para que se inscribieran 12 Juanitas Potosinas. Es sabido que el 2021 es año electoral, se van a elegir en 15 estados mismo número de gobernadores. Resulta que el muy machista partido Morena, sólo contemplaba proponer a puro machín para los cargos. Quedó demostrado cuando el Instituto Nacional Electoral, propuso mediante un acuerdo, que para alcanzar la paridad de género, es decir, que pudieran participar las mujeres en la vida pública política de México, la mitad de las posiciones fueran postuladas candidatas.

En lo inmediato, el senador Ricardo Monreal se opuso porque uno de sus hermanos podía verse afectado y podría no ser ungido en Zacatecas donde la familia tiene su cacicazgo, e increíble, desde el senado se impugnó el acuerdo. La entidad legislativa que debería ocuparse de atender la igualdad entre hombres y mujeres, fue la primera que se opuso a que fuera posible. El tiempo comenzó a correr, a finales en noviembre del 2020, Morena lanzó la convocatoria desde la dirigencia nacional, haciendo a un lado y sin tomar en cuenta a los militantes locales de cada estado. Comenzó a elegir por dedazo a cada candidato, al dedazo le han llamado encuesta.

Resulta que al clan de los Monreal no se les afectó en su feudo y en otras partes hasta se eligió a mujeres. En Nuevo León por ejemplo, a una señora de nombre Clara Luz Flores, que militó por más de 20 años en el PRI, se le impuso como candidata de Morena. El esposo salió a decir de inmediato que la eligieron ya que la gente le da el voto, sólo por ser su cónyuge. Para el 24 de diciembre, Morena había elegido a seis mujeres y cinco hombres candidatos. Entonces el Tribunal Electoral Federal le notificó que había resuelto sobre la impugnación que presentaron los Monreal semanas antes y ordenó que fueran 7 mujeres y 8 hombres como candidatos, bajo el criterio de paridad de género.

El 30 de diciembre del 2020, Mario Delgado Carrillo, presidente nacional de Morena, a las cinco de la tarde, salió a avisar que para los estados faltantes de candidato, en Guerrero sería Félix Salgado Macedonio, a quien acusan de violación sexual. En Sinaloa, el senador Rubén Rocha y en Michoacán al ex alcalde de Morelia, Raúl Morón Orozco. Sobre San Luis Potosí, solo informó que sería mujer, pero no dijo el nombre de ninguna

de las tres inscritas en tiempo y forma desde el 4 de diciembre del 2020, la fecha que salió la convocatoria para inscribirse. A partir de entonces, las irregularidades comenzaron a crecer.

El desdén con que el presidente de Morena ha tratado a San Luis Potosí no era nuevo para entonces. Resulta que en el 2020, Morena tuvo un proceso interno para elegir a su presidente nacional, hubo dos candidatos que al final se dieron con tubo, Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado Carrillo. Al final, Delgado quedó como titular y el grupo contrario le colocó a Citlalli Hernández como secretaria. El 10 de noviembre de 2020, a pesar de que por la mañana Sergio Serrano, dirigente estatal de Morena en San Luis, dijo que no irían coaligados con el partido Verde, al que acusó, fue comprado como franquicia por la familia Gallardo, por la noche Delgado envió a su secretario particular para firmar la alianza en las instalaciones del Consejo Estatal Electoral.

Los medios informativos dieron cuenta del caso, donde militantes de Morena de todas las corrientes, indignados, se opusieron al atraco, donde por la sola decisión de Mario Delgado, se ponía como candidato de Morena, junto con el Verde, a Ricardo Gallardo. Entonces, una de las fundadoras del partido, la licenciada Francisca Reséndiz Lara, también aspirante a la gubernatura, que acudió al lugar con decenas de simpatizantes, alzó la voz y reclamó que no estaban en venta. Se enojaron al enterarse de la imposición que rechazaban.

Rápido encabezó la inconformidad y días después con un nutrido contingente acudió a la Ciudad de México para entrevistarse con Mario Delgado. Le manifestaron el rechazo de las oscuras prácticas. El 17 de noviembre de 2020, el Consejo Nacional de Morena, la máxima autoridad según los estatutos, rechazó esa coalición. El hecho tuvo efectos en otras partes como Michoacán, Guerrero y Nuevo León donde también se rechazó la figura. Fue cuando Delgado y el comité nacional enderezaron acciones contra Reséndiz. Días antes de que saliera la convocatoria, citaron en México a cuatro aspirantes a la gubernatura, solo varones, Adrián Esper, Primo Dothé, Juan Ramiro Robledo y Leonel Serrato.

A la licenciada Reséndiz la ignoraron, cuando desde el 19 de octubre ya era aspirante propuesta en el mismo auditorio de Morena en San Luis Potosí. Es decir, Mario Delgado y los interesados varones, desde entonces se dedicaron a discriminar a la quejosa, quien tiene una trayectoria de lucha por los derechos sociales, sindicales y de muchos grupos vulnerables. En la lógica machista y patriarcal de la política potosina, según tales sujetos, la gubernatura estaba destinada para uno de los tres. Pero resulta que no, echados en la hamaca y confiados en que el efecto cascada de López Obrador los cobijaría y haría ganar.

Reséndiz no se arredró y comenzó a trabajar con enjundia y pronto se colocó en un lugar que los flojos prepotentes no daban crédito, acostumbrados a la molicie, componendas corruptas y cómplices del patriarcado. Se imaginaron con la gubernatura en el bolsillo, blofearon en una competencia por ver quién era el más bocón. Vino el 30 de diciembre de 2020, de 13 candidatos, la lista se acortó a 3 candidatas. La noticia de que en San Luis Potosí la candidatura sería mujer, les cayó como balde de agua fría.

Los días siguientes, los muy ofendidos machotes se la pasaron lloriqueando y comenzaron una violencia política en razón de género, auspiciaron descalificaciones contra las candidatas, las acusaron de incapaces para ganar la contienda. Los medios afines a los fanfarrones lloraban sus penas y despotricaban también contra las tres inscritas. Pero el asunto siguió, Mario Delgado vino a sumarse a los misóginos y comenzó a avanzar. Mustio y cobarde, lanzó un primer ajuste a la convocatoria y cambió las fechas para incumplir y no dar a conocer el 7 de enero de 2021, quien de las tres aspirantes había cumplido con los requisitos y términos del documento.

La fecha la pasó para el 13 de enero. Luego al 16. Tampoco cumplió con el ajuste y mencionó que sería hasta fin de mes. Pero Delgado y sus compinches del comité nacional decidieron abrir otra vez la convocatoria para que vinieran a inscribirse todas las mujeres que pudieran, porque a su parecer, las tres inscritas no satisfacían la idea de paridad de género o la noción que sobre las mismas tiene el partido en el poder, que prometió la cuarta transformación. Entonces, las convocatorias las considera ajustables al capricho, arbitrariedad, estado de ánimo o el mejor concepto de quien se ostenta como dueño del ente de orden público. Pero que mantenemos con nuestros impuestos, con dinero público.

Y como una convocatoria para la gubernatura, reglas o estatutos del partido o la constitución para el comité nacional no son más que letras en un papel, pueden hacer los cambios que se les ocurran. La certeza y legalidad, acabaron en un circo, una vacilada. Mario Delgado y sus cómplices resolvieron para obstaculizar que haya una gobernadora por méritos propios, frente a una contienda en condiciones desiguales frente a varones, pero ahora también contra otras mujeres, sembrar el camino de Juanitas. Las Juanitas potosinas.

Se trata de mujeres-objeto de la política que, ingenuas, son usadas sin el menor rubor. Con desvergüenza, arribistas y traicioneras a su propio género, el 18 de enero acudieron en masa a inscribirse, a granel, para echarle montón a otras tres que, atrevidas, se les ocurrió competirles a los hombres en proceso abierto. Ahora, con todas las garantías de ser auténticas y verdaderas Juanitas, vienen a hacerse garras. Pero cada una hasta se ufana, para impresionar a las otras Juanitas. Entonces, dan la certidumbre de que el peor enemigo de una mujer no es otra mujer, es el hombre que la manipula para enfrentarse entre sí.

El gobernador ya echó a su Juanita al ruedo, la secretaria de salud, Mónica Rangel, sepulturera que llega montada sobre pilas de cadáveres, ave de rapiña como es su naturaleza putrefacta. Una Juanita merolica y eterna perdedora, Paloma Aguilar, cuya religión es clavar la uña sin esperar a que le den, se mueve bajo la leyenda, pónganme donde hay, dice que es la Juanita del presidente Andrés Manuel López Obrador. Hay la Juanita de cada uno de los cuatro señores que se mecían en la hamaca, sus apellidos las revelan, las descubren y las exhiben.

La docena de Juanitas la completa la del Verde Ecologista, que llegó acompañada por un ex tamalero, la Juanita ilusa, la Juanita desconocida, la Juanita que pasó por un lugar. La construcción de la Juanita potosina no existía hasta el 18 de enero. Las redes ya las tunden. El dedazo que es como le gusta llamar al comité nacional de Morena a las imposiciones que se avecinan, triste espectáculo de hazmerreír es en lo que han convertido el proceso que miles en San Luis Potosí deseaban se materializara bajo la idea que se vendió como la esperanza de México.

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