Alfonso Cepeda Salas, el error de Morena y las elecciones en el magisterio

12 marzo, 202511:47 pmAutor: Felipe de Jesús Cervantes PérezCapital Municipios Noticias Opinion

El 12 de febrero de 2018, Alfonso Cepeda fue electo secretario nacional del magisterio ante la renuncia de Juan Díaz de la Torre. Ambos habían asumido el control del sindicato al traicionar a Elba Esther Gordillo, caída en desgracia por obra y gracia del PRIAN y su abanderado Peña Nieto. Tal y cual aprendieron de su maestra Gordillo, cómplice, dócil, sumisa y entreguista con Salinas de Gortari, Zedillo y Fox, lo fueron el 2007 con Felipe Calderón y su reforma a la Ley del ISSSTE, que privatizó los fondos de pensiones de los nuevos trabajadore. Igual en el 2013 con Peña Nieto y su mal llamada reforma educativa con todo y Unida del Sistema para la Carrera de los Maestros.

Ambas reformas, la del ISSSTE y la educativa, impuestas a sangre y fuego. A contrapelo de las dirigencias charras del magisterio, la base trabajadora vio con esperanza la propuesta de López Obrador y le dio apoyo creciente en 2006, 2012 y 2018, respaldo que se consolidó en 2024 para llevar a Sheinbaum a la presidencia. Los dirigentes charros se pronunciaron en el pasado en contra de López Obrador y llamaron a apoyar a Roberto Campa Cifrián en 2006, para volcarse en favor de Calderón. Lograron como pago, posiciones en la SEP, para el yerno de Gordillo y en el ISSSTE para su entonces aliado Miguel Ángel Yunes, hoy aliado de Morena. Apoyaron a Gabriel Quadri en 2012 y a José Antonio Meade en 2018. La victoria contundente del tabasqueño no solo sepultó al PRI-PAN, también a lo que quedaba del PRD y al Partido Nueva Alianza, el presunto “partido de los maestros”.

El “partido de los maestros” perdió su registro nacional y solo ganó dos diputaciones federales y una senaduría, cuyos titulares, al no tener grupo parlamentario, se sumaron a otras bancadas. El Panal conservó registro local en 21 entidades, bajó a 18 en 2020 y apenas se mantuvo como partido en 9 entidades en 2024. Ahora los deja a su suerte Cepeda para congraciarse con el poder. Traidor que traiciona a traidor tiene escaño de senador. Si el actual líder charro dio el bandazo al partido Morena no resulta es raro, es el ente en el gobierno y su lealtad dura mientras se mantenga en el poder. El charrismo sindical no se extraña en lo absoluto, así han sido y seguirán igual. El creciente enojo de las bases demuestra que para Morena y el gobierno, la alianza con el charrismo es un error.

Es claro que se dan cuenta, sin embargo, tienen objetivos comunes, nacidos del más descarnado pragmatismo. Para sobrevivir a la corriente del tabasqueño, los llamados “institucionales” modificaron el estatuto, cambiaron de 4 a 6 años la permanencia del comité ejecutivo nacional. Si Alfonso Cepeda salía en el 2022, lo dejan para el 2024, seis años que ya se convirtieron en siete. Como a cualquier gobierno de diversa ideología, al actual le acomoda más tener un sindicato sumiso y colaboracionista, no a uno autónomo e independiente. “Más vale malo por conocido que bueno por conocer”, es la lógica. El ex presidente López Obrador se cansó de buscar acercamientos con los representantes de la coordinadora nacional y no logró sumarlos, menos someterlos.

Después de múltiples desencuentros y reuniones a puerta cerrada, optó por invitar a Alfonso Cepeda a las mañaneras, con el claro mensaje de “si ustedes no quieren, aquí están los prontitos”. Ya se miraba venir desde el 2021, con Mario Delgado como dirigente de Morena. La clase política corrupta del charrismo quedó tendida en la lona, a punto de desaparecer en lo electoral en el 2018. Pero Delgado les entregó 10 diputaciones federales plurinominales en el 2021 y ahora la senaduría para Alfonso Cepeda, a pesar que estaba demostrado de sobra, eran un cero a la izquierda. En su mejor momento del 2015, habían logrado 11 diputados federales para desaparecer en 2018 a nivel nacional. En 2018 le aportaron al PRI de Meade, apenas 561 mil 193 votos equivalentes al 0.9%. Juntaron, según sus cuentas, un millón 700 mil agremiados, no convencieron ni a la tercera parte, pero si contamos a ciudadanos independientes del sector magisterial, quedarían menos de 200 mil profesores que respaldaron a Meade, candidato del charrismo sindical de Cepeda.

Ahora, en pleno inicio de Sheinbaum Pardo, en un verdadero salto al pasado. Contravienen los estatutos y principios que postulan en Morena, donde prohíben el clientelismo y el corporativismo. Alfonso Cepeda asegura que, de 2.5 millones del padrón sindical, van “a convencer” a un millón y medio de agremiados para que se afilien al partido en el gobierno. Estimando que con familiares y amigos, podrán alcanzar 5 millones 500 mil afiliaciones clientelares. En su teatral triunfalismo, ofrecen para Morena más de la mitad de los 10 millones que buscan juntar. Sí, el sindicato solito. Con tal fuerza, el Panal estuviera vigente. Son engaña bobos. El mismo magisterio perdió de manera paulatina, el control corporativo electoral de las bases. Ofrece sus servicios de meretriz pasada de ostia. Insultan la inteligencia de los maestros, al querer darles trato de perros, a los que pueden cambiar el color de la correa, antes tricolor, luego albiazul, después turquesa y ahora guinda.

Un amplio sector del magisterio ya emigró a Morena por sí solo, sin necesidad de pastores irredentos. Mucho tiene qué ver el creciente descontento en contra de la iniciativa de la presidenta con la alianza inmoral que firma su partido con el charrismo sindical. Doña Luisa María Alcalde y don Andrés Manuel López Beltrán, le formatean a los charros en 300 equipos de laptops para que acarreen a los despistados y alcanzar la meta de 10 millones de afiliados. ¿Tan de perdidos están de plano? El catedrático puede esperar de manera libre a que lo afilien los morenistas en la comodidad de su domicilio o trasladarse a las propias oficinas del partido, conscientes y comprometidos. Las afiliaciones serían válidas en lo ético. Los reviven porque, al igual que los neoliberales del PRIAN, no les gusta la alternativa. No quieren lidiar con un sindicato libre y siguen la antigua ruta de priistas y panistas. Y ponen manos a la obra para respaldar al auto llamado “ejército intelectual de la 4T”.

Saben que en el 2025 habrá elecciones para nombrar un nuevo comité nacional y temen ser superados. Existe una estrategia para posicionar al charrismo y gane las votaciones, orquestadas por Mario Delgado, Alfonso Cepeda y Martí Batres, con la complicidad pasiva de Luisa María Alcalde y Andrés López, hijo. Esquivan cumplir con las reformas del ISSSTE y educativa que ofrecieron como candidatos, presentan una iniciativa en materia de vivienda, pero la mezclan con otra que estimo, será paja para buscar el lucimiento de Cepeda. Pretenden colocarlos en un régimen de excepción a quienes ganan más de 10 Unidades de Medidas y Actualizaciones.

La presidenta señala será la primera en aportar sobre su salario integrado y no sobre su sueldo base y es loable, pero que también lo hagan sus secretarios, sub secretarios, directores, sub directores, delegados, además de diputados y senadores, vamos, hasta los regidores que estén en el supuesto. Pero es inaceptable, se meta en el mismo costal a trabajadores de base, con la lógica tramposa de “el que gane más que pague más”. Cualquiera lo sabe, el que gana más de 34 mil pesos al mes, aporta más, comparado con el que percibe menos de 16 mil pesos, ya que las cuotas se calculan en tanto por ciento. Alfonso Cepeda declara que no se aplicará a ningún trabajador de base o que aporte al ISSSTE.

Como no tienen bandera para ganar las futuras elecciones, quieren fabricarle una a la medida. Imaginan que cuando el descontento sea creciente, puedan presumir que habló con la presidenta y se eliminó de la iniciativa. Nadie con al menos dos dedos de frente, ignora que entre Mario Delgado y Alfonso Cepeda, hay relaciones inconfesables, pues el primero les regaló diputaciones federales en 2021 y la senaduría al segundo el 2024. Ahora Mario Delgado es su jefe como secretario de educación y por supuesto que quieren seguir el amasiato. Temen a la base magisterial. Aunque apoyó al tabasqueño, también aspiran a tener un liderazgo sindical libre de compromisos con el poder. Es por lo que maniobran. Le darán banderas a Cepeda, como la unidad del sistema, para que se legitime el socio. Callaron cuando Peña la creó, y ahora, envalentonados, se pronuncian en contra, exaltan lo negativo que carga.

Mario Delgado y Alfonso Cepeda, en nado sincronizado, inician el proceso electivo del magisterio. Le dan banderas a quienes solaparon los abusos. Buscan se vista de gloria Cepeda con los temas del ISSTE y de las unidades del sistema, faltaba más. Alfonso Cepeda es el flamante presidente de la Comisión de Seguridad Social en el senado de la república y por supuesto que la iniciativa para que aporten más quienes ganan más ganan, fue acordada en corto. Si alguien supone que es ajeno, es algo más que iluso. Cómo explicar que el director del ISSSTE, esté de acuerdo en una iniciativa para cobrar más a quienes ganan más, si también es parte cupular de un movimiento que busca lo igual, como en el caso de la pensión para adultos mayores, que recibe desde el más pobre hasta el más rico potentado, donde al que tiene más no le ponen de menos.

En aras de consolidar al partido en el gobierno, siguen la ruta de los partidos antecesores, sin detenerse a considerar que el descontento y el desengaño de millones de ciudadanos los llevó al debilitamiento. Molestos con el PRI, los ciudadanos voltearon hacia el PAN, por apenas dos sexenios. Desencantados del PAN, regresaron al PRI sin darse cuenta del juego perverso de un bipartidismo, que ya era uno con el PRIAN. El proceso de la caída fue paulatino, tanto que no lograron verlo. Y Morena camina por la misma ruta. Juntan a los Yunes en Veracruz y se inconforman las bases. Empiezan con la misma gobernadora, Rocío Nahle. Atraen a Murat en Oaxaca y brinca el gobernador Salomón Jara. Y así por el estilo en cada entidad. Es la misma lógica en el magisterio, suman a Alfonso Cepeda y saltan los morenistas o simpatizantes del magisterio que, convencidos, apoyaron a López Obrador y Sheinbaum. Invitan a figurones, pero provocan el resentimiento de las bases militancias. En las elecciones intermedias del 2027, veremos si al sacrificar principios y reviven muertos, los resultados justifican su estrategia, al conservar las mayorías legislativas. A costa de sacrificar la ética y la decencia. Sea pues.

Comments

comments

Alfonso Cepeda Salas el error de Morena y las elecciones en el magisterio

Comments

comments