Con bríos prometedores se esperaba de nuevo la llegada del fútbol profesional a San Luis Potosí, con una fuerza administrativa proveniente del viejo continente, como la del Atlético de Madrid. Se auguraban resultados positivos para los aficionados potosinos. Sin embargo, pareciera que el negocio en la nueva era es predominante, primordial, por encima de complacer a los hinchas,  con resultados halagueños en el ámbito deportivo.

Luego de dos temporadas en la nueva era europea, el estadio Alfonso Lastra ha sido sede de dos partidos de talla internacional. En marzo otra vez volverá a ser recinto de otro encuentro de altura. Sobresalió el último partido del hexagonal rumbo al mundial Rusia 2018, donde el seleccionado mexicano se enfrentó a su similar de Trinidad y Tobago, donde los locales lograron una contundente victoria de 3 goles a uno.

El encuentro no tardó en llamar la atención de los aficionados que a los dos días de anunciar la venta de boletos, se agotaron. Algunos vivales adquirieron hasta 20 boletos por persona, para después revenderlos en el triple de su valor. El encuentro fue aprovechado para publicitar algunos patrocinadores locales. El mismo ayuntamiento de la capital, presidido por Ricardo Gallardo Juárez, a través de la página Red Amarilla, promocionó su desempeño con distintas dinámicas en las que regalaba entradas para asistir al encuentro.

En el segundo encuentro internacional, se enfrentó en partido amistoso el Atlético de San Luis contra el New York City. Se pudo apreciar al campeón mundial David Villa, entre otras figuras. El choque no logró impactar a los hinchas que mostraron su desdén por el mal paso del equipo en el actual torneo. Ante la poca respuesta, la directiva optó por distintas promociones, como dos por uno en venta de boletos, rebajar el precio de entrada, descuentos a estudiantes, regalo de boletos por parte de los patrocinadores. Las distintas y variadas promociones no fueron suficientes para alentar al público. El día del juego, en las gradas del inmueble, hubo un gran número de butacas vacías.

Para el tercer encuentro de la misma índole, la directiva presentará el juego por la paz, donde se enfrentará un combinado de leyendas del fútbol potosino ,contra un equipo de la fundación del papa Francisco, el cual será integrado por figuras mundialistas. Para el encuentro que habrá de celebrase el 24 de marzo, los aficionados han mostrado poco interés.

Con los festejos, la directiva se muestra onerosa. Contrastan los resultados mostrados en los dos torneos que se ha disputado el equipo de casa, con resultados irregulares. Ya son tres los técnicos que han ocupado el banquillo de la escuadra rojiblanca. El primero fue Salvador Reyes, que en un inicio aparentó  dar resultados favorables. Pero al entrar en la etapa final del torneo, el equipo se vino abajo y los descalabros comenzaron a llegar al hilo.

Tras su renuncia se optó por el español Jesús Molina, técnico que mostró los peores números en la historia del fútbol local. Mandó al sótano de la tabla general al equipo, con serios problemas de descenso. Tanto fue el desprecio por el español, que los hinchas lo insultaban en cada juego. El apoyo disminuyó de manera drástica. Con su salida se optó por Alfonso Sosa quien parece haber encajado exacto con el plantel. Ha recuperado los triunfos para los potosinos, los cuales ya mostraron mejores actuaciones, como la que dieron ante el club Pachuca en la Copa MX.

No obstante, el equipo local no ha podido trascender en 3 torneos a la fase final. Su triunfo contra Pachuca es el más representativo. En las contrataciones, la directiva ha optado por refuerzos de renombre, pero con poco rendimiento deportivo, lo cual no genera un aporte dentro de la cancha de juego. Ha recurrido a situaciones mercantilistas, como imponer los nuevos colores del equipo, los patrocinios, venta de boletos en promociones. El fútbol local ha quedado rebasado por el mercado. El Atlético de San Luis es más un máquina de hacer dinero que un sólido equipo de fútbol.

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