Protección y conservación del lugar de los hechos

5 agosto, 202010:50 pmAutor: Julio Alfredo Ceballos AlonsoColaboradores

En su libro titulado Introducción a la Criminalística, Editorial Porrúa, el doctor Rafael Moreno González nos instruye en el sentido de que si queremos reconstruir, con cierta seguridad, un hecho delictuoso o identificar al infractor, es necesario, en primer lugar, preservar y conservar el lugar, precepto fundamental en la investigación científica. Desgraciadamente, la regla casi nunca se cumple, ocasionando que muchos hechos delictuosos queden impunes. Al proteger y conservar el lugar de los sucesos, se persigue un fin inmediato y otro mediato. El primero consiste en tratar que el escenario del delito permanezca tal cual lo dejó el infractor, para que toda la evidencia física conserve su situación, posición y estado original. Al respecto, algunos investigadores señalan que no siempre hay indicios en el lugar de los hechos.

Sin embargo, es preciso recordar, para desmentir la aseveración, el “Principio de Intercambio” de Locard, distinguido policiólogo francés, el que señala que, al cometerse un delito, siempre hay un intercambio de evidencia entre el lugar y el actor. Lo que se se puede concretar en la siguiente sentencia pronunciada por el eminente investigador mexicano, don Carlos Rougmagnac: “no hay malhechor que no deje detrás alguna huella aprovechable”. Por lo tanto, cuando un investigador dice que no encontró indicios, no es porque no existan, es porque no ha sabido buscar.

El fin mediato que se persigue consiste en poder llegar a reconstruir los hechos e identificar al autor, mediante el acucioso y diligente examen de los indicios y de su adecuada valoración. Los indicios son testigos mudos de los hechos. Al estudiar algunos tratados de criminalística apreciamos cómo, mediante la aplicación de la ciencia , logramos hacer hablar a los testigos, para resolver las siete preguntas de oro que ante todo hecho criminal el investigador policíaco se debe formular: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Con qué?, preciosa máxima jurídica recomendada por el doctor Hanns Gross, en su valioso libro “El Manual del Juez”.

Así como el médico necesita conocer todos los signos y síntomas que presenta un sujeto para diagnosticar su enfermedad, el criminalista, en igual forma, requiere saber y valorar toda la evidencia física para poder resolver el caso. Ahora bien, se da por cierto que es de suma importancia el proteger y conservar el lugar de los hechos, vamos a señalar a continuación algunas instrucciones genéricas para lograr tal fin. 1.- En cualquier delito, el primer agente de la policía que tenga conocimiento del hecho cuidará que el estado de los lugares donde se ha cometido sea conservado sin cambio alguno. Nadie debe tocar el objeto del delito, ni las piezas de convicción, ni los locales, huellas, mientras no lleguen los funcionarios judiciales, en especial el cuerpo de técnicos del laboratorio de criminalística. 2.- Si el delito se ha cometido en un cuarto, todas las vías de acceso, puertas y ventanas, serán cerradas y celosamente vigiladas, para que nadie entre. 3.- Si el delito fue cometido en una casa aislada o en campo abierto, el acceso a los lugares quedará prohibido para el público en un radio de cuando menos cincuenta metros a la redonda.

4.- El acceso al lugar o lugares del crimen quedará prohibido para toda clase de personas que no tengan nada que ver con la pesquisa judicial. 5.- Los agentes de la policía que tomen primero conocimiento del hecho, se abstendrán de tocar o mover los muebles, utensilios y, sobre todo, los objetos de superficie lisa que se encuentren a la mano. Cuidarán que nada sea cambiado de su sitio, destruido o borrado, antes de la llegada de los funcionarios judiciales. 6.- Se prohibirá cambiar de posición y situación los cadáveres. 7.- Se evitará lo más que sea posible el andar en la zona que se cuida. Se indicarán en los informes los nombres de las personas que han ido al lugar de los hechos antes del funcionario judicial. 8.- Una vez lograda la adecuada protección y conservación del lugar, de inmediato se iniciará la labor investigativa, fijando mediante fotografías, descripción escrita y croquis el lugar de los hechos. Posteriormente, haciendo gala de técnica, se levantarán los indicios.

A continuación se embalarán en forma adecuada para su traslado al laboratorio. Al final, se someterán a un riguroso examen científico. Sólo procediendo de tal forma lograremos resolver el caso sencillo, si es que lo hay, hasta el más dificultoso. Son dos las reglas básicas que los investigadores deben tener presentes en el inicio de su labor. Io.- En toda pesquisa criminal, el tiempo que pasa es la verdad que huye y 2º.- Nada se deberá tocar, ni recoger, ni mover, mientras no haya sido fotografiado, localizado, en un bosquejo o dibujo y descrito minuciosamente en cuanto a colocación, estado y otras observaciones pertinentes. Errores que dañan la escena del crimen. Los de comisión. Ocurre cuando los ciudadanos, los testigos, personal policial o médico manchan huellas digitales, caminan sobre la evidencia, agregan sus propias huellas digitales, cambian la escena, caen cenizas de cigarrillo. En cualquier momento, cualquier persona destruye evidencia existente o agrega “evidencia” (colillas de cigarrillo), en tales casos, un error serio ha dañado la escena del crimen.

Errores de omisión. Ocurren cuando el personal policial o médico (que son los primeros que intervienen al tratarse de delitos con la vida, el cuerpo y la salud) no pueden notar un olor de perfume o humo de cigarro, tampoco escuchar a las personas que están paradas cerca de la escena que discuten el crimen, o fallan en los esfuerzos de proteger la evidencia existente que puede ser destruida de otra manera. Para evitarlo, es necesario que tanto personal médico, policial o bomberos, al socorrer a la víctima, tengan en cuenta lo siguiente: 1.- Una sola persona se debe acercar a la escena para determinar la línea de conducta. 2.- El resto del equipo debe permanecer detrás. 3.- Que todo el personal utilice la misma trayectoria de entrada y salida. No caminar a través de líquidos en el piso ni poner algún equipo encima. 5.- Al quitar la ropa de la víctima, dejarla tan intacta como sea posible. No cortar a través de los agujeros hechos por disparos o puñales.

6.- Si la víctima va a ser conducida a un hospital deberá ser acompañada por un efectivo policial, que deberá informar al que lo recibe que es “un paciente de la escena del crimen”. 7.- Para los accidentes de tráfico, preservar la escena estacionando las unidades de paramédicos o policiales lejos de las marcas de frenado y cualquier otra. En caso de que la víctima falleciera, se deberá: 1.- Notificar en lo inmediato a la autoridad respectiva. 2.- No moverlo. 3.- Establecer un perímetro para proteger la escena, salvaguardar la escena limitando con cinta el área entera. 4.- No mover ningún objeto a menos que sea necesario. 5.- Evitar la contaminación de la evidencia. 6.- Intentar proteger la escena tanto como sea posible. 7.- Utilizar solo el personal necesario. El trabajo en una escena de crimen puede ser uno de los más difíciles para el personal pre hospitalario o rescatador, pues deben tratar al paciente mientras que hacen todo lo posible para proteger la evidencia física, si es posible. Es por lo que deben estar capacitados y tener conocimientos al respecto.

El papel del fiscal. La investigación de un delito no es responsabilidad de la policía. Aunque las fuerzas policiales cuentan con personal especializado, también los médicos forenses deben seguir los lineamientos del fiscal a cargo del caso. En el fiscal recae la dirección funcional de la investigación, por lo que debe estar entrenado en criminalística, para saber qué pedir a los peritos de la policía y de medicina legal. A partir de las evidencias físicas y testimoniales, el fiscal del caso tiene que desarrollar una teoría fáctica y una jurídica. Es decir, armar un relato convincente de cómo sucedieron los hechos, probar que el acusado cometió el delito. Las teorías logran una condena sólo si las pruebas, tanto testimoniales como científicas, demuestran de forma contundente su validez. Investigación científica. Con el hallazgo del cadáver, el fiscal da inicio a la tarea de examinar la escena y lo que se debe hacer es lo siguiente. La escena es acordonada.

Con relación al cuerpo, se determina el área, se cerca y protege. Se constituye el equipo de trabajo, fiscal, peritos técnicos y científicos. Se busca y se fija la evidencia. Técnicos de la policía hacen una búsqueda minuciosa de pruebas. Una vez halladas, son numeradas, fotografiadas y registradas. Se realiza el plano de la escena. Un planimetrista levanta un croquis general del lugar, contorno y las posiciones de la evidencia en relación con el cadáver. Acta y término de inspección. Un investigador redacta en detalle el procesamiento de la escena. Otro técnico colecta, etiqueta y embala la evidencia para ser analizada. Después del reconocimiento preliminar de causa y tiempo de muerte, el cadáver es trasladado al Instituto de Medicina Legal para la necropsia y dictamen. Acordonamiento del lugar de los hechos, es dar protección a un espacio determinado, de los factores que podrían modificar el estado original mediante el uso de cintas plásticas, barricadas, conos, vallas, cuerdas. El acordonamiento del lugar de los hechos es en principio, el nacimiento de los sucesos donde se darán los límites del espacio, tal como se va a procesar.

El primer respondiente o primera autoridad en el lugar de los hechos es la que va a realizar la labor, dará los límites iniciales al lugar de los hechos. Es importante que el primer respondiente sepa distinguir las clases de lugar de los hechos y tenga datos antes de realizar la labor. La primera medida es retirar las personas que se hallen circulando cerca de manera inmediata, a una cierta distancia, ayudarse de los agentes adicionales. Realizar labor de campo de manera ágil para tener una visión general del lugar y determinar el acordonamiento. Realizar una valoración total de la escena para lograr una visión amplia y general del lugar, para detectar posibles rutas de ingreso, escape, elementos materiales probatorios y evidencia material, que se hallen aislados de la escena, como rastros de sangre, cascajos, proyectiles. Es necesario retirar del lugar toda persona y animales, ya que pueden contaminar los elementos materiales probatorios y evidencia física, por manipulación, pisadas o robo.

Tener en cuenta las posibles personas sospechosas y testigos que se hallen en el lugar de los hechos, ya que es donde se pueden detectar de manera oportuna. No distraerse mientras se realiza la labor, ya que existen muchos factores que entretienen al funcionario, cuando hace presencia. Como por ejemplo, los familiares del occiso, los gritos, el llanto de los dolientes, son factores que entretienen. Ser discretos al retirarlos, hacer la labor sin desconocer el dolor ajeno, pero de manera respetuosa y objetiva. Explicarles las razones por las cuales las retiran del lugar, entiendan qué es difícil ver a su familiar tirado, a la vista de todo el público, mientras llega la policía judicial.

No estigmatice, no haga comentarios de manera pública de lo ocurrido, ya que en la mayoría de los hechos, nunca falta el curioso. Si usted habla, la gente escuchará y provocará una reacción en cadena de comentarios sobre lo ocurrido. Si usted se refiere al occiso o a la víctima de una manera no adecuada, como por ejemplo, bandido, ladrón, son palabras que se utilizan en la jerga popular, podría herir susceptibilidades y verse envuelto en problemas. Tenga en cuenta los siguientes aspectos para un adecuado acordonamiento. Todo delito deja huella, por lo tanto no asumir que no hay evidencia. No menospreciar el delito, ya que todos son importantes y deben ser materia de investigación.

Extensión del lugar de los hechos. Dimensionar el lugar de los hechos de manera real depende de la ubicación de los elementos materiales probatorios y evidencia física. Para el caso de lugares cerrados como inmuebles, es más sencillo, ya que las paredes son las limitantes del lugar. Solo se tendrá en cuenta el sitio como tal y la ruta de escape. Para los lugares abiertos, tener una medida exacta de la extensión es algo difícil. Se aconseja extender el acordonamiento, tomar en cuenta el flujo de personas, vehículos, animales que transitan. Debe ser un procedimiento rápido cuando no existe un concepto real del tamaño del lugar. Pero surgen varias interrogantes. La huida de los agresores en un vehículo que luego abandonan varias cuadras después, ¿será lugar de los hechos todas las cuadras recorridas?. El carro es el lugar de los hechos secundario, las calles como tal serán inspeccionadas de acuerdo con el análisis de la unidad. La inspección nos dirá si es o no necesario el estudio geográfico, ya que se trata de una labor dispendiosa. Implica el uso de mucho personal, tiempo y sin tener claro lo que se pretende hallar.

 

 

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