En sus afanes por establecer la pachanga como un programa institucional, el gobernador Ricardo Gallado maneja que con los recientes festejos de la Feria Nacional Potosina, hubo un impacto positivo en la economía que superó los 2 mil millones de pesos. Nadie sabe en qué soporta cifras tan halagüeñas, cuando hubo vendedores de aguas frescas que informaron tener nulos ingresos en 12 horas continuas. Los panaderos y el sector de “gritones�, se quejaron de haber perdido gran parte de sus insumos con la tromba que los inundó el 17 de agosto. Reacio a informar el costo de los artistas que trajo a la Fenapo y de las remodelaciones que entregó a su contratista predilecto, Óscar Compeán, Gallardo está obligado a exponer a los potosinos, las utilidades que logró con la venta masiva de cerveza, que facilitó de manera exclusiva a la Tecate, Dos Equis y Heineken, entre otras.

El costo de la franquicia que cedió a los manejadores del palenque, donde se presume que sigue de accionista, su testaferro, el diputado local, José Luis Fernández, alias “El Chiquis�, su ariete para doblegar al poder legislativo. Y lo que obtuvo con el sospechoso casino Dexter Game Room, que para varios jugadores profesionales de póker y blackjack, el nombre es una mera fachada. Aunque lo manejó de manera tangencial en el programa de la Fenapo y que lo ubicaría donde antes fue la Plaza del Mariachi, Gallardo nunca alardeó su nueva joya. No obstante la gran afluencia, la mantuvo casi en el anonimato. Los visitantes más asiduos, que vieron las montañas de billetes, manejan dividendos conservadores, al menos de 10 millones de pesos. En algunos portales electrónicos se aludió a la cifra estratosférica de mil millones. Lo que debe obligar al mandatario, aclarar los rumores. Cuentan los cronistas que vieron apuestas en las cartas de 2 mil 500 pesos. Hubo tahúres que en menos de media hora, ya habían desembolsado 100 mil pesos. Una tragedia. Es el costo de apostar a la suerte.

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