La descomposición del partido Morena en San Luis Potosí tuvo su inicio cuando a nivel nacional, su presidente, Mario Delgado Carrillo, acordó con los dirigentes de los partidos Verde Ecologista de México, del Trabajo y Nueva Alianza, celebrar una coalición política denominada Juntos Haremos Historia, sin consultar a los militantes potosinos, para saber si estaban de acuerdo.

La figura se registró el 11 de noviembre pasado en el Consejo Estatal Electoral, ante la protesta de varios inconformes que estuvieron presentes en el momento y que desde luego, no aceptaron la alianza. En el caso de San Luis, el diputado federal, Ricardo Gallardo Cardona, era el candidato a gobernador por los partidos apuntados, lo que causó de inmediato la inconformidad de las bases.

Por ejemplo, el senador de la república, Primo Dothé, publicó en su red social: “no puede simularse la intención de juntarse con un grupo de delincuencia organizada. Sería un pacto de cobertura política a la alta criminalidad que recae desde ya en la defensa de la Cuarta Trasformación�.

Por otro lado, se hicieron manifestaciones en el comité nacional de Morena, en México, para lograr que se revocara la coalición el 18 de noviembre, fecha en que se aprobó no ir en alianza con el Partido Verde en las elecciones para gobernador en San Luis Potosí. La noticia fue aceptada por los morenistas, ya que podrían tener su propio candidato. En apariencia regresó la calma. Aunque sabemos que a Mario Delgado no le gustó nada tener que cambiar el acuerdo con los potosinos. Quedó mal con su amigo Ricardo Gallardo. Tampoco le gustó ver a la dirigente sindical, Francisca Reséndiz, encabezar las protestas.

Para noviembre, había varios aspirantes a la gubernatura que tienen mayor estatura moral y política que Gallardo, como el alcalde de Valles, Adrián Esper Cárdenas, el magistrado Juan Ramiro Robledo Ruiz, el notario Leonel Serrato Sánchez, Reséndiz, el empresario Antonio Lorca y el transportista Elías Dip. Entonces, los primeros afectados serían los contendientes.

El comité nacional, el 26 de noviembre, emitió la convocatoria para seleccionar al candidato a la gubernatura, donde quedaron establecidas las reglas. Se marcaron las fechas de inscripciones y que habría cuatro finalistas, que pasarían a un proceso depurativo, que se daría a conocer el 9 de enero. El método a usar sería una encuesta pública. El ganador se iba a convertir en el candidato. Fue como se establecieron las reglas, pero resulta que de manera unilateral, Mario Delgado publicó en redes sociales que “la candidata a la gubernatura de San Luis Potosí, será una mujer�, sin ningún preámbulo. Para que quede más claro el asunto, fue sin notificar a los participantes. Pero ¿qué hay detrás del anuncio? La razón es la siguiente.

En el proceso, ya se tenía contemplado cubrir la cuota que el Tribunal Federal Electoral notificó a los partidos políticos, que deben tener paridad de género en las candidaturas estatales. Entonces, Delgado ya había tratado de imponer en Sinaloa a la senadora Imelda Castro Castro, sobre Gerardo Vargas Landeros, quien tiene un mayor respaldo.

Los afectados se manifestaron en contra y no lo dejaron, se le cayó la elección y tuvo que trasladar el problema a San Luis Potosí, para ajustar la cuota de mujeres como candidatas en el país, pasó por encima de los aspirantes, quienes han sido sorprendidos e indignados por su postura, al hacer un imperdonable y arbitrario cambio del juego político.

A todas luces se ve que Mario Delgado hizo un proceso selectivo muy mal calculado. La ley es clara y precisa. Desde antes, sabían el contenido de la norma que obliga a los partidos promover a las mujeres. Pero a las mejor posicionadas del ámbito político, que puedan ganar una elección estatal. Lo que no cuidó su partido.

Ahora bien, ¿por qué traer el problema a San Luis Potosí, el de designar a una mujer? Tal vez obedezca a la intención de allanarle el camino a Ricardo Gallardo como candidato del Verde a la gubernatura y ante cualquiera de las mujeres que participan, es sabido que les ganaría la contienda de sobra. Supongamos que Francisca Reséndiz sea la mejor posicionada entre las tres mujeres iniciales, ¿cómo podría ganar una lucha contra los que resulten electos de la coalición del PRI, PAN, PRD y Conciencia Popular?

Cualquiera que resulte candidata, sería sacrificada. En el asunto hubo especulaciones que indignaron a los políticos de Morena. Se habló que podría colarse Ninfa Salinas, hija del magnate Ricardo Salinas Pliego. Se apuntó de última hora, la secretaria de salud, Mónica Liliana Rangel, con acusaciones de corrupta. Todo sólo abona al enojo de los potosinos. Y desde luego, se nota la perversidad y arbitrario de la maniobra.

Hemos leído publicaciones en redes sociales, pagadas por Mario Delgado, donde asegura, “podemos decir con orgullo que Morena es el único partido que elige a sus candidatas y candidatos mediante encuestas, escuchando al pueblo de México�. La frase es un insulto a la inteligencia de la militancia y simpatizantes en territorio potosino, cuando de repente dice que competirá una mujer.

¿Qué pasará entonces con los precandidatos hombres? ¿Por dónde se va a pasar Mario Delgado las reglas establecidas en la convocatoria? Lo anterior se basa en el siguiente razonamiento. Si bien Morena a nivel nacional estableció la forma y términos en que se debería llevar a cabo el proceso de selección del candidato, ¿dónde quedó entonces la encuesta pública? Ahora ya no tiene ningún sentido la afirmación, todos sabemos que no son las damas las mejor posicionadas. Más bien dicho, los mejor posicionados son los hombres, como Leonel Serrato, Ricardo del Sol, Adrián Esper y Juan Ramiro Robledo.

Parece que la encuesta la ganó Mario Delgado al cancelar la convocatoria del proceso interno. Pero habría reacciones. Leonel Serrato actuó en lo jurídico, también lo hizo el diputado federal Ricardo del Sol, quien acudió al comité nacional de Morena y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para impugnar los procedimientos, por la falta de transparencia y atropello al debido proceso, el cual se explica con claridad en la convocatoria publicada el pasado 26 de noviembre.

Juan Ramiro Robledo, sabedor de que el diálogo es lo mejor, concurrió a las oficinas centrales del partido para entrevistarse con Mario Delgado. Como sabio jurista, le expuso que cambiar las reglas prestablecidas en la convocatoria, no tiene fundamento legal alguno, pues es un acto arbitrario.

La traición a Morena en San Luis Potosí por parte del dirigente nacional, es imperdonable. Las bases deben sacar la casta y no permitir arbitrariedades ni perversidades, que producirá un gran cisma. Están a tiempo de fortalecerse y demostrar sus convicciones políticas. mariaelenayrizararias@gmail.com

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