“Tenemos detenido a tu hermano y otra viejaâ€
17 febrero, 20208:28 pmAutor: Oralia Guzmán MendozaCapital Municipios
La señora Fortina Torres González presenció cómo hombres armados, vestidos con ropa oscura y pasamontañas, se llevaron en junio del 2013 a su hijo José Alberto Gallegos y su pareja Perla Guadalupe Padrón, que desde entonces siguen en calidad de desaparecidos. La afectada reveló que tal fecha se quedó a dormir en la casa que rentaba su hijo. Por la madrugada, escuchó fuertes ruidos y gritos que provenÃan de la recámara adjunta, donde la pareja dormÃa, junto con sus dos hijos. Se despertó y corrió a ver lo que ocurrÃa. Cuando llegó, vio a 4 hombres con armas largas que golpeaban y jaloneaban a su hijo, mientras su nuera, sentada en la cama, suplicaba a gritos que no se lo llevaran. La espantada mujer tomó en brazos a la pequeña crÃa de la pareja, que se despertó por el bullicio. Cuando trató de intervenir para que soltaran a su consanguÃneo, uno de los hombres le apuntó con una arma y grosero, le dijo que se quedara quieta.
“No sé por qué los sacaron de su casa en la madrugada. Estaban dormidos. Mi hijo era albañil y se levantaba como a las 6 y media de la mañana. Iba a dejar al niño a la escuela y luego partÃa al trabajo. A mà me tuvieron todo el tiempo amenazada, tenÃa miedo de que se le fuera una bala al hombre que me apuntaba y me matara o a los niños. A mi hijo lo sacaron primero y luego otro regresó por mi nuera. Cuando se alejaron, salà a la calle y alcancé a ver la camioneta blanca, cerrada, sin placas, en que los subieron. Fueron cuatro sujetos los que entraron. En el vehÃculo se quedaron por lo menos dos, se oÃa que platicaban. El mismo dÃa, el mando único que encabezó el señor Gerardo Sandoval Plasencia, detuvo a mi hijo menor, Carlos Gallegos. Lo culparon de robar una camioneta. Mi esposo, que era taxista, preguntó por mi hijo mayor y mi nuera. En la tarde me habló. Me dijo que no supo nada. Hasta el otro dÃa, mi hermana nos avisó que tenÃan a Carlos en los separosâ€.
“Lo habÃan golpeado, le dieron toques eléctricos, le vendaron los ojos y lo tuvieron secuestrado en un lugar que no era la barandilla. Nos pedÃan 6 mil pesos para dejarlo libre, solo pudimos conseguir 3 mil. Mi esposo buscó un abogado, que nos ayudó a sacarlo. Lo carearon con la maestra a la que supuestamente le robaron la unidad. Les dijo que mi muchacho no era el malhechor. Cuando salió, nos platicó que el señor Sandoval Plasencia lo interrogó. Le quitó la venda de los ojos. Se sentó en una silla al frente, con maldiciones, le repetÃa que lo viera a la cara. Lo acusó de ratero. Le reveló que tenÃa detenido a su hermano y una vieja, mi nuera. Carlos tenÃa mucho miedo, porque lo habÃan golpeado. Le dolÃa tanto la cara, que no podÃa comer. Lo convencà de ir a poner la denuncia. En lo que declaró, quedó anotado todo lo que le digoâ€.
“El señor Sandoval Plasencia cometió bastantes atropellos. No solo con mis muchachos. Entonces se supo de varios casos. Los afectados no denunciaron por pavor. Han pasado 6 años y hasta ahora no tenemos idea dónde están. Uno como madre siente en su corazón que pueden estar en cualquier sitio. A veces imagino que están en una cárcel o que los usan en trabajos forzados. La señora Torres señaló que su esposo, ya fallecido, le afectó el extravÃo de su hijo. “No se desahogaba, se guardaba todo en el corazón. No hablaba mucho, pero se le notaba la tristeza. Siempre anduvo preguntando. Si supo algo, lo ocultó. Me decÃa que no viajara tanto a Valles, a donde acompañaba algunas veces a mi consuegra, porque corrÃamos peligro al andar en carretera. Le contesté que mientras Dios me deje, los buscaréâ€.
Fortina Torres lamentó no poder acudir como lo hace su consuegra a las búsquedas y reuniones que organiza el colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, que los apoya para encontrar a su hijo y nuera. Refiere que a raÃz de la muerte de su esposo, que le cubrÃa todos los gastos, tuvo que salir a buscar trabajo para pagar la renta y solventar todas sus necesidades. “Tengo fe en que los vamos a localizar, a pesar de que ya pasó el tiempo. Quisiera que fuera con vida o como sea. Ya queremos salir del sufrimiento, no hay paz. Cuando una persona fallece, lo llevamos al panteón, sabemos dónde quedó. Pero es todo lo contrario, hay mucha desesperanzaâ€.
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