La prepotencia de Claudia Canales

2 marzo, 20185:28 pmAutor: Paola Moreno GuzmánCultura

La ex encargada de prensa del Museo del Virreinato, Ana Dora Cabrera Vázquez, que había denunciado hostigamiento laboral y maltrato psicológico por parte de la actual directora, Claudia Canales, destacó que la demanda que interpuso ante derechos humanos en julio del 2017, sigue en pie. Le añadió otros cargos como daño al patrimonio cultural, discriminación, desvío de recursos y uso indebido de las instalaciones.

“Toda mi vida he trabajado. Comencé como fotógrafa en una revista y poco a poco subí escalones. No tengo palancas como la funcionaria, que es hija del ex gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond. Siempre me he regido bajo la noble ética y profesionalismo. Pero Canales nunca concordó conmigo. La serie de irregularidades que cometía, no las iba a dejar pasar por alto. Siempre le dije que no estaba de acuerdo con lo que hacía. Fue por lo que comenzó sus represalias en mi contra. Presentaré varias evidencias de cómo beneficia a su círculo cercano, las anomalías que hizo dentro del museo, los policías que utilizó para que me sacaran del recinto, además del maltrato que sufrí cuando trabajé. Integro un expediente más completo con una serie de videos y mensajes. Por el momento no se me permite revelar nada más”.

La afectada mencionó que no cuenta con ayuda económica ni abogado que la asesore. Solo tiene el respaldo de derechos humanos. Aclaró que su lucha no es por una base o un puesto. Es por el maltrato físico y psicológico que recibió durante su desempeño. “Me hice experta en ciertas leyes y tratados internacionales. Asisto a terapias en el Instituto Estatal de la Mujer, lo cual me ha ayudado bastante. Me encontraba muy nerviosa tras haber presentado la denuncia y recibir una amenaza directa por parte de Canales. Me espetó, no sabía con quién me metí y que sería mi punto de vista contra el suyo. Alardeó  que tenía gente muy cercana y de alto mando en el gobierno”.

“La violencia que recibí de su parte y la de un compañero que es su cómplice, también está dentro de la queja que interpuse. Fue muy grave. Al no estar de acuerdo con sus excesos, me delegaba otras funciones. Salía a las nueve de la noche todos los días, incluso laboré los domingos. Desempeñaba labores informativas, servicios educativos, la vinculación del museo, tareas administrativas e incluso daba algunos talleres. Me regañaba cuando no registraba visitas al museo, decía que también me competía. No tuve apoyo de nadie, hice todo sola. Le solicité seguro o un aumento de sueldo, pero jamás me lo otorgó. Era la que más trabajaba y la que menos ganaba”.

Cabrera Vázquez señaló que fue segregada por parte de los directores de los demás museos y ex compañeros. No le hablaban por miedo a que les suceda lo mismo. “Teníamos grupos en whatsapp y me sacaron de todos. Soy una persona con una enfermedad contagiosa y todo porque reciben instrucciones de Canales o de alguien más. Es injusto todo lo que me ha pasado. Siempre fui voluntaria porque me gusta la cultura, presentaba ideas para nuevos actos y asistía a muchos más. Ahora todos me excluyen. Debía alzar la voz o los abusos seguirán sin castigo. Continuará el mal uso de los recursos”.

Censuró la conducta del secretario de cultura, Armando Herrera Silva, que hizo caso omiso de la denuncia. Se deslindó del problema. Argumentó que el museo es un organismo descentralizado. “Se lavó las manos. Derechos Humanos le notificó de la demanda que interpuse. En el decreto del museo se menciona que hay una junta de gobierno que preside Armando Herrera, junto con personal de finanzas, de la universidad autónoma, turismo, contraloría y dos vocales. Las personas que son ajenas, fueron las que nombraron directora a Claudia Canales. Es triste y decepcionante que el señor Herrera tome una postura cómoda. Lo más lamentable es que se trata del área de cultura, donde se supone, fomentan el respeto al trabajador y las personas en general. Festejan el llamado Día Naranja, donde se lucha contra la violencia hacia las niñas y mujeres. Es absurdo no atiendan mi asunto y permitan tanta violencia dentro del museo”.

Cabrera Vázquez subrayó que seguirá la lucha por la calidad de la cultura y el respeto a sus derechos. “A la gente no se le puede callar con pan y circo. El periodo virreinal es muy importante para los potosinos. Fue donde se gestaron logros importantes para el país. Sin embargo, poca gente lo sabe. No se ha promovido el tema. Poner adornos, cédulas falsas, fotografías o hacer actos pequeños, no equivale a decir que se realiza cultura de verdad. Denle un vistazo a lo que hacen en Zacatecas o Tepotzotlán. Nosotros tenemos un gran museo pero le hace falta promocionarlo. Faltan más recursos”.

“En su momento, mostraré mis evidencias. La ciudadanía debe saber lo que en verdad sucede y se hace con su dinero. Llegaré hasta el final, tocaré las puertas que sean necesarias. Me apoyaré del gobierno, aunque suene raro, pues es lo que tenemos como mexicanos y hay que aprovecharlo hasta donde se pueda”.

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