Gallardo Cardona inaugura la vilipendiada Arena Potosí, que se elevó a más de 600 millones de pesos

8 octubre, 20245:40 pmAutor: Juan Pablo MorenoCapital Municipios Noticias

El promotor número uno de espectáculos gruperos, corridos tumbados y “música†que promueve los antivalores, Ricardo Gallardo Cardona, después de varios descalabros, inauguró el elefante blanco, mega rodeo o Arena Potosí, donde planea encerrar a 23 mil ahijados, a los que ya les preparó el ilícito torneo internacional charro. No informó de qué rubros, habrá de dilapidar 3 millones de pesos, para traer a Los Tigres del Norte, que para verlos, un mes antes, ofertó el boletaje en 500 y 2 mil 143 pesos. También convocó al cantante Luis Miguel, que cobra 30 millones de pesos. Cuando lo trajo al estadio de fútbol, Plan de San Luis, hizo una mescolanza fraudulenta. Ofertó más de 10 mil entradas para personas muy importantes, en más de 6 mil pesos. Pero con fondos públicos, patrocinó miles de accesos a sus hinchas, que generaron vandalismo, arribaron como búfalos y se ubicaron donde les convino, como las zonas más caras, donde desplazaron a los que sí pagaron, que molestos, amagaron con demandar a los fantasmales organizadores. Para evitar un descalabro masivo por la falta de público, Gallardo optó la salida más fácil y conveniente a su elevado ego: llenar hasta el tope la gigantesca bodega, a costillas de los potosinos.

Aficionado a las grandes mentiras, alardeó la venta segura de 41 palcos, que oscilan en los 6 y 8.5 millones de pesos, por la cercanía con la pista principal, con los que puede recuperar 280 de los más de 600 millones que dilapidó en la mole de acero y vidrio que nadie le solicitó. Las malogradas obras, donde murió un obrero, que minimizó, no permitió que sus compañeros le hicieran un velorio digno, tuvieron un costo inicial de 500 millones de pesos. Por los constantes atrasos y aumento en los precios de la varilla, cemento y mano de obra, debió aclarar si los montos se dispararon a los 600 ó 700 millones de pesos.

Disperso y oscurantista, tres años tarde, ya encontró la forma de crear una reserva de chivos expiatorios, que habrán de pagar más adelante, sus irracionales derroches, en caso de ser llamado a cuentas, por fraude fiscal. Su magno engendro será un órgano descentralizado, auto financiable, como alardea, es la Feria Nacional Potosina, que tiene un presupuesto superior a los 80 millones de pesos, pero dilapida más de 100 tan sólo en contratar caros artistas. Se antoja que la venta exponencial de cerveza y las marcas propias de Gallardo, como la Tequila, agua embotellada y Ron Potosí, las ganancias exponenciales, terminarán en los bolsillos del ambicioso mercachifle, como sucede en la Fenapo y en otros conciertos que ya organizó y nunca habló del destino de los ingresos.

Según le convenga, el voraz mandatario hace sortilegios con las cifras, que jamás coinciden. Lo cierto es que ya se apunta como el principal benefactor de los negocios millonarios que realiza con fondos públicos. Mimético, símil de su auténtico y único jefe, el senador Manuel Velasco, Gallardo repite el camino de saqueos que le trazó el ex mandatario de Chiapas, quien le endilgó la vehemencia para convertirse en charro de la noche a la mañana. Y lo más grotesco, le copió acrítico, el mamotreto del mega rodeo, que disfrazó como Auditorio de la Gente de Tuxtla Gutiérrez. Al final quedó como Foro Chiapas. Nada halagüeño le espera a los potosinos. Por lo pronto, para impactar a los ingenuos, Gallardo ofreció una opípara cena a sus invitados, posibles compradores de ilusiones. El licenciado que no es licenciado, develó una mayúscula placa, donde se inmortaliza a sí mismo como el Hércules de los huachichiles.

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